Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores, señaló que México entrará a un proceso de negociación y de diálogo con Estados Unidos, pero bajo límites, ya que no está dispuesto a transigir a sus principios fundamentales de ser mexicano.
“Más allá de las consideraciones comerciales, de la inversión, las remesas, los temas de seguridad, hay algo que está por encima de todo eso, que es la soberanía y el orgullo de ser mexicanos y eso nos establece un límite fundamental”, dijo.
Al participar en la reunión plenaria de los senadores del PRI, resaltó que la relación con Estados Unidos es muy importante para México, así como México para Estados Unidos y bajo esa convicción es que se debe sentar a la mesa de negociación “que sea ganar para ganar y no una en la que un país gane y otro pierde”.
El titular de Relaciones Exteriores insistió en que México sabe establecer sus límites y no va a aceptar imposiciones como la construcción de un muro, que entiende que hay cosas que cambiar, entre ellas la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Explicó que los 62 millones de dólares que tienen como presupuesto los 50 consulados en EU se verán incrementados con otros 50 millones de dólares –los mil millones que el presidente Enrique Peña Nieto ordenó que se les dieran–, recursos que se van a utilizar para la defensa de los migrantes, vía asesoría legal, contratación de despachos de abogados y otros.
Asimismo, recalcó, México exigirá que el gobierno de Estados Unidos respete e incluso se mejoren los acuerdos de coordinación y los protocolos para la deportación de mexicanos.
Recordó que en los ocho años de la administración de Barack Obama hubo más de 2.8 millones de deportaciones, pero bajo mecanismos de coordinación que permitieron a México recibir de manera ordena a los connacionales que fueron expulsados de Estados Unidos.
México exigirá asimismo que se reconozca que el fenómeno migratorio no sólo compete al país, toda vez que el flujo de migrantes sin documentos que llegan a EU en su mayoría proviene de Centroamérica.
Además “una de las prioridades fundamentales en el diálogo con el gobierno de Donald Trump es que se mantenga intacto el flujo de remesas” sin establecer costos adicionales.
Por lo que toca al TLCAN, Videgaray resaltó que no van a aceptar adecuaciones con sesgo proteccionista que impliquen regresar al pasado en que se imponían aranceles, ya que la desgravación arancelaria concluyó en 2008.
(Con información de la Jornada)