Redacción / Regional.
A 13 años del asesinato de Bety Cariño Trujillo, dirigente de la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA), y acompañada por Jyri Jaakkola, observador internacional originario de Finlandia, el Movimiento Agrario Indígena Zapatista (MAIZ) demandó justicia con un bloqueo carretero.
«¡Bety Cariño vive!», fue la consigna en Huajuapan de León, Oaxaca, para elevar la voz a medios y autoridades, acusando al estado mexicano de perpetuar la impunidad de este cobarde asesinato. Esta acción fue encabezada por Omar Esparza, viudo de Bety Cariño, quien informó que familiares de los activistas, así como el MAIZ y el Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social (GADH), solicitaron a la Corte Interamericana la toma del caso por 13 años sin resolver.
La protesta contó con la presencia de diferentes grupos de la diversidad poblana y con la Caravana “El Sur Resiste” convocada por el Congreso Nacional Indígena (CNI), la cual visibiliza la guerra contra los pueblos indígenas, la imposición de megaproyectos y el despojo a manos de grandes capitales.
En 2010, el ataque paramilitar en el que murieron Bety Cariño y Jyri Jaakkola, dejó, además de veintena de heridos, a dos muertos, y a personas reportadas como desaparecidas. A la fecha, el Tribunal Unitario de la Región de la Mixteca liberó a cuatro miembros del grupo paramilitar Unión de Bienestar Social de la Región Triqui (UBISORT) acusados del asesinato.
Así, el bloqueo realizado en Oaxaca se encuentra entre las acciones realizadas para mantener vigente la exigencia de justicia en la memoria de Bety y Jyri y seguir luchando por los más olvidados entre los olvidados.
Cabe recordar que Bety Cariño, nació el 8 de abril de 1973 en el municipio de Chila de las Flores en la Mixteca poblana.