Redacción / Ciudad de México.
* Las nuevas tecnologías buscan mejorar el abastecimiento y la calidad del agua, y reducir el impacto del calentamiento global
egún el Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2018, el agua es un recurso natural que día con día es más escaso en el mundo, pues actualmente la demanda mundial de agua se ha estimado en alrededor de 4 mil 600 kilómetros cúbicos al año y se prevé que aumente 30 por ciento para 2050, pues el uso del agua incrementa en función del crecimiento de la población, el desarrollo económico y los cambiantes patrones de consumo, entre otros factores.
El documento señala que la demanda industrial y doméstica de agua aumentará mucho más rápidamente que la demanda agrícola, aunque el sector agrícola seguirá siendo el principal consumidor de agua en el mundo. La gran mayoría de la creciente demanda de agua se producirá en países con economías emergentes o en desarrollo.
Subraya que el ciclo global del agua se está intensificando debido al cambio climático: “Las regiones más húmedas se están volviendo más húmedas y las regiones secas se están volviendo aún más secas. En la actualidad, se estima que hay 3 mil 600 millones de personas (casi la mitad de la población mundial) que viven en áreas con riesgo de sufrir escasez de agua al menos un mes al año.
Ante un panorama tan alarmante, el informe manifiesta que se deben establecer “Soluciones basadas en la Naturaleza” (SbN) para mejorar el abastecimiento y la calidad del agua, así como reducir el calentamiento global que ha traído consigo diversas catástrofes naturales.
Las nuevas estrategias para el ahorro del agua
Esta situación ha obligado a muchos países a utilizar la tecnología para intentar disminuir el gasto de agua en los cultivos. Mediante diferentes herramientas, como por ejemplo la teledetección, se posibilita obtener información satelital de los cambios que sufre un territorio cultivado en diferentes épocas del año, para cuantificar las necesidades precisas de agua según las condiciones hidrológicas.
En México, el país con menos disponibilidad de agua en América, actualmente, se está implementando la estrategia para tratar de mejorar el abasto de agua con la retención de agua de lluvia, una fuente gratuita y sustentable. Según cifras del Atlas del Agua en México el país recibe mil 449 millones 471 mil metros cúbicos de agua en forma de lluvia.
Según datos de Comisión Nacional del Agua (Conagua), más de 70 por ciento de agua pluvial en México se desperdicia. Aún faltan políticas gubernamentales con regulaciones e incentivos para darle mayor impacto a este tipo de proyectos. En países como Alemania, Japón o Singapur, el agua de la lluvia se aprovecha en la mayoría de los edificios públicos y privados que cuentan con sistemas de recolección que garantizan reservas para cualquier situación de emergencia.
En la India, uno de los países con menos acceso a este recurso, los sistemas de recolección pluvial se utilizan principalmente para los cultivos, mientras que en Bangladesh el aprovechamiento de agua pluvial con sistemas de captación para uso doméstico han sido una de las mejores alternativas para detener la intoxicación por arsénico que tiene naturalmente el subsuelo y el agua que se extrae de allí.
Existen otras latitudes en donde las precipitaciones son limitadas y se han tenido que buscar nuevas estrategias. Una alternativa para los países que se encuentran naturalmente limitados de agua dulce, es la desalinización. Sin embargo, su proceso demanda grandes cantidades de energía. Es por esto que algunas de las mayores plantas se encuentran en países con recursos energéticos.
Sudáfrica es uno de los treinta países del mundo con mayor escasez de agua, pero el aumento de la población y las constantes sequías han incrementado el problema, por lo que las plantas desalinizadoras se han convertido en una opción, que, sin embargo, no basta, pues han tenido que restringir el suministro a un determinado número de litros diarios por habitante.
Mientras que países como Arabia Saudita, Israel y Chile, encontraron en la aparente capacidad ilimitada del mar en su mejor alternativa, con tecnologías que incluso le dan la calidad para potabilizarla.
En conclusión el informe señala que la inversión en diferentes tipos de tecnología es clave para abordar el problema, desgraciadamente se invierte menos del 1 por ciento del PIB en estos rubros en los países de la región de América Latina y el Caribe.