Nicolás Dávila Peralta
En una sobria ceremonia celebrada la noche del jueves, el presidente Andrés Manuel López Obrador entregó a la coordinadora de los Comités para la Defensa de la Cuarta Transformación y virtual candidata presidencial Claudia Sheinbaum Pardo, el bastón de mando que simboliza su nueva tarea: darle continuidad al proyecto de la Cuarta Transformación planteado por el actual mandatario.
Rodeados de los gobernadores emanado del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), dirigentes de los partidos de la alianza: Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde Ecologista de México, y cientos de simpatizantes, en las inmediaciones del Templo Mayor, López Obrador señaló que entregaba el bastón de mando a Claudia “para dirigir nuestro movimiento y dar continuidad a la transformación, cuyo protagonista principal ha sido, es y será el pueblo de México”.
Por su parte, Claudia Sheinbaum refrendó su compromiso de continuar con la Cuarta Transformación. “Tomo este bastón de mando, representación de los valores más profundos de nuestra historia viva de los pueblos indígenas. Lo tomo con orgullo y compromiso, con humildad, pero con la plena responsabilidad de continuar el rumbo trazado por nuestro pueblo, el de la transformación que ha iniciado el presidente Andrés Manuel López Obrador”, afirmó la exjefa de gobierno de la Ciudad de México.
La entrega del bastón de mando es inédita en la política mexicana. Al inicio del sexenio de López Obrador, una representación de los pueblos indígenas de México le entregó al mandatario el bastón de mando, en señal de reconocimiento de su autoridad nacional.
Hoy, es Andrés Manuel López Obrador, en su carácter de dirigente del proyecto de la Cuarta Transformación -NO en su investidura de presidente de la República- le entrega el bastón de mando a quien desde el miércoles pasado es la responsable de ese proyecto, como coordinadora de los Comités para la Defensa de la Cuarta Transformación.
Qué es el bastón de mando
El bastón de mando es un símbolo indígena de autoridad. Desde antes de la invasión de estas tierras por los aventureros españoles, los pueblos originarios realizaban este ritual. A través de los ancianos del pueblo, sus dirigentes políticos y religiosos entregaban el bastón de mando a sus sucesores en señal de continuidad.
El bastón es de madera, natural, por los simbolismos que este material representa para los pueblos indígenas: la raíz profunda en la tierra, el tronco que surge de esas raíces y el fruto que es la corona el bastón. Así pues, este ritual no es un ritual vacío, es la ceremonia que simboliza la entrega del poder, por eso es bastón de mando.
Actualmente, el bastón de mando continúa siendo un símbolo de autoridad y de continuidad en los pueblos indígenas; pero también, fruto del sincretismo religioso, en Mesoamérica los mayordomos, topiles, mandones mayores, entre otros cargos de tinte religioso, hacen uso del bastón de mando para simbolizar la trasmisión de la autoridad.
La “indígena” y el nazi
Y mientras un líder le entrega el bastón de mando a la nueva lideresa de la 4T, doña Xóchitl Gálvez, la que se dice “indígena”, desconoce el simbolismo de este objeto y afirma que México no es una monarquía para trasmitir así el poder. Los verdaderos indígenas saben y valoran el significado de la ceremonia de la noche del jueves pasado.
Mientras tanto, el ultraderechista y simpatizante del nazi fascismo Eduardo Verástegui, ya se registró ante el Instituto Nacional Electoral para competir por la Presidencia de la República como candidato independiente. Su organización se llama Movimiento Viva México y su lema es el mismo que usaron las dictaduras militares de Sudamérica en los años 60 y 70 del siglo pasado y el mismo de la extrema derecha yunquista: “Dios patria y familia”.