Corresponsales: Juan Rubio – Luis Enrique
Heroica Matamoros, Tamaulipas:
En la frontera norte de México, la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, ha sido testigo de un creciente éxodo migrante desde 2017, cuando miles de personas de diversas partes de América Latina llegaron en busca de asilo en los Estados Unidos. Abraham Barberi, pastor y activista social, se ha convertido en un pilar para estos migrantes al ofrecerles apoyo humanitario, asistencia espiritual y refugio en su iglesia, que opera como albergue desde hace más de seis años.
Originario de Cuernavaca, Morelos, Abraham vivió una adolescencia marcada por las dificultades personales y el abandono, pero su vida dio un giro cuando, en el año 2000, decidió seguir a Cristo y mudarse a Matamoros junto con su familia para trabajar como misionero. Desde entonces, ha dedicado su vida a la ayuda comunitaria, especialmente en el ámbito migrante. En 2017, con el aumento de personas que pedían asilo político en la frontera, la iglesia de Barberi se transformó en un refugio improvisado para miles de migrantes que buscaban una oportunidad para ingresar legalmente a los Estados Unidos.
A lo largo de los años, la labor del pastor se ha centrado en proporcionar alimentos, ropa y asistencia espiritual a los migrantes. Además, su iglesia y escuela se han convertido en un lugar donde más de 4 mil personas han encontrado refugio durante su tránsito por la región fronteriza. “Cada semana venimos con arroz, frijoles, huevo, aceite, lo que nos piden, y traemos también la palabra de Dios. Los niños son siempre los que más sufren, y tratamos de darles un lugar seguro y esperanzador», comenta Barberi, quien se describe como un hombre comprometido con el bienestar de los migrantes, muchos de los cuales comparten la fe cristiana.
Deportaciones masivas y la situación actual
Sin embargo, el panorama para los migrantes se ha tornado aún más sombrío desde que Donald Trump asumió la presidencia de los Estados Unidos el 20 de enero de 2025. Barberi ha observado con preocupación el regreso de las deportaciones masivas de migrantes que se encontraban en espera de ingresar legalmente al país vecino, particularmente aquellos que cruzaban el Puente Internacional hacia los Estados Unidos. Según el pastor, las autoridades estadounidenses están cumpliendo con lo prometido por el presidente: deportar a aquellos migrantes con antecedentes penales, pero la situación no es tan sencilla.
“Lo que veo ahora son deportaciones, y aunque se decía que solo se deportaría a los criminales, no sabemos realmente qué va a pasar. Hay muchos que estaban en el proceso, con citas programadas a través de la aplicación CBP One, y ahora todo eso ha desaparecido. Esa gente venía con la ilusión de entrar legalmente, y ahora se les niega esa posibilidad», explica Barberi.
Uno de los puntos más críticos de su declaración es la desaparición de la aplicación CBP One, que anteriormente había facilitado el proceso para muchos migrantes. Según Barberi, los migrantes que ya estaban dentro del sistema de citas ahora se encuentran en una situación de incertidumbre total. “Si el gobierno de Estados Unidos está tomando estas decisiones, al menos deberían respetar las citas que ya estaban agendadas. Ellos no quieren entrar de forma ilegal, han esperado meses y años. Es injusto que se les prive de esta oportunidad”, dice el pastor con voz firme.
Este cambio de política está llevando a muchos migrantes a tomar decisiones drásticas, pues, ante la desesperación, algunos optan por cruzar la frontera de manera ilegal. En este contexto, Barberi señala que la cancelación de las citas programadas solo incrementará los cruces irregulares y aumentará la vulnerabilidad de los migrantes. “Lo peor de todo es que el crimen organizado está aprovechando esta situación. Los migrantes se ven obligados a quedarse en México, donde enfrentan secuestros, extorsiones y violencia”, lamenta.
La preparación de Matamoros ante la crisis
El pastor Abraham Barberi comparte que, aunque en Matamoros las organizaciones y las iglesias están haciendo lo posible para ayudar, la situación es cada vez más insostenible. Las deportaciones y la cancelación de citas están provocando que muchos migrantes se queden atrapados en la ciudad fronteriza por más tiempo del que habían planeado. Este fenómeno ha incrementado la presión sobre los recursos disponibles, desde alimentos hasta atención médica.
“El gobierno de Estados Unidos está creando un problema que no se está resolviendo con políticas más duras. Somos las iglesias y organizaciones no gubernamentales quienes debemos asumir la carga. Pero los recursos son limitados, y muchas veces las personas no quieren ayudar, a pesar de que la necesidad es abrumadora», afirma Barberi, quien ha visto cómo la solidaridad se ha visto empañada por prejuicios y estigmatización hacia los migrantes, tanto de estadounidenses como de algunos mexicanos.
Un llamado a la acción humanitaria
En un mensaje final lleno de compasión y esperanza, Barberi hace un llamado a la acción. Invita a las iglesias tanto en Estados Unidos como en México a unirse en la ayuda a los migrantes, que muchos consideran un desafío lejano, pero que para quienes viven en la frontera es una realidad cotidiana.
“El gobierno de Estados Unidos tiene que recapacitar. Los migrantes han estado esperando mucho tiempo para entrar legalmente, y no se les puede seguir ignorando. También pido a las iglesias y a todos aquellos que puedan, que ayuden, que donen lo que puedan, ya sea comida, ropa, tiempo como voluntarios. Estos migrantes no están aquí por gusto, sino por necesidad. Vienen buscando un futuro mejor para ellos y sus familias”, concluye Barberi.
Mientras la frontera de Matamoros continúa siendo un lugar de esperanza y desesperación a la vez, la labor de hombres como Abraham Barberi resalta la importancia de la solidaridad y el respeto por los derechos humanos. La comunidad migrante sigue siendo un reto constante para las autoridades, pero también un reflejo de la capacidad de la sociedad civil para responder ante la adversidad.