La presencia de nuestra presidenta (con A) a nuestras tierras sureñas: tierra cálida y generosa, tierra de Zapata, Lola Campos, Mariano Matamoros, José María Morelos, Miguel Cástulo de Alatriste y de Gilberto Bosques, entre otros; nos llena de alegría, refuerza la esperanza y reafirma las causas de justicia y prosperidad compartida, que heredamos de nuestros héroes y heroínas.
El proyecto de Transformación en nuestro país, se ha visto fortalecido, justo por defender causas justas y por caminar hacia un verdadero cambio de régimen y no solo de gobierno. La deconstrucción de un modelo neoliberal, de negocios y privilegios, y la construcción de un nuevo paradigma-en construcción- denominado humanismo mexicano, han marcado un antes y después en la historia en nuestro país.
Lo anterior, se ha visto reflejado en los avances expuestos en el zócalo de la ciudad de México (corazón de nuestro país), de cara al pueblo, dando cuenta de los primeros 100 días de trabajo, con resultados concretos en favor de todxs, pero preferencialmente de los más pobres. Significa que mantiene clara la brújula de la Cuarta Transformación: “el servicio al pueblo como ejercicio obediencial del poder”.
Otro avance importante, es la presentación del “plan México” cuya misión es elevar contenido nacional y regional en sectores estratégicos: automotriz y electromovilidad, semiconductores, farmacéutica y dispositivos médicos, química y petroquímica, energía, aeroespacial, textil, agroindustria y minería. Creando empleos bien remunerados, desarrollando vocaciones regionales en los polos de bienestar y corredores industriales, e impulso a la integración regional del continente. Tal es el impacto del plan México, que hasta lo aplaudió Claudio X. González y los de la élite económica del poder (mientras el plan sea metálico). Hay que tomarlo con reserva y no dejarse llevar por el canto de las sirenas.
En este camino de construcción de la democracia con justicia y bienestar, obviamente, nuestro país enfrenta retos propios de convicciones y proyectos diametralmente distintos. Como ejemplo, tenemos el arribo de Donald Trump al gobierno de Estados Unidos de Norteamérica, con una visión colonialista, clasista y patriarcal. Su ofensiva contra nuestros hermanos migrantes es evidente; al respecto, nuestra presidenta ha refirmado su postura digna y firme de colaboración y coordinación sí, pero nunca de sumisión y subordinación.
Ante el riesgo de deportaciones masivas, nuestra presidenta, ha anunciado una estrategia nacional de apoyo a nuestros hermanos migrantes, que consiste en instalación de albergues, integrarlos a los programas sociales, brindar alternativas de empleo y apoyo incondicional de los consulados, con herramientas jurídicas concretas.
Tal situación, considero, nos debe interpelar a todos los mexicanos, pero especialmente a los poblanos mixtecos, ya que de los 2millones 871 mil migrantes poblanos en Estados Unidos, muchos son de la Mixteca.
Por ello, es relevante la presencia de nuestra presidenta en la M apoyo incondicional a todos los migrantes, que sepan que no están solos y que cuentan con nosotros solidariamente. Asimismo, ha venido a dar el banderazo de la carretera Matamoros-Acatlán, la cual ha sido una obra representativa de actos de corrupción y promesas incumplidas de los gobiernos del PRIAN. Aplaudimos que se honre la palabra de la presidenta, llevando a cabo acciones de justicia histórica, derivados de compromisos hechos en campaña.
Celebremos pues, la presencia de una mujer que nos ha enseñado que el liderazgo político es servicio, obediencia, coherencia, inteligencia, disciplina y entrega.
¡Hasta la Mixteca siempre!