Redacción / Información nacional.
El comienzo del 2025 ha traído consigo un incremento en los precios de productos esenciales, que afectará tanto a las familias como a las pequeñas empresas del país. Si bien la gasolina es un tema recurrente en las discusiones sobre alzas de precios, es el diésel el que, en esta ocasión, está generando un impacto significativo en la economía nacional.
A partir del 1° de enero, el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) sobre el diésel aumentó un 8.8%, llevando el precio por litro a 25.76 pesos, lo que representa una subida considerable respecto al año anterior. Este incremento afecta directamente a sectores clave de la economía mexicana, como el transporte de carga, la logística y la distribución de productos esenciales.
El diésel: motor oculto de la economía
El diésel, usado principalmente para el transporte de mercancías y maquinaria agrícola, es un combustible crucial para la cadena de suministro. Su incremento afecta de manera directa los costos operativos de empresas de transporte, que representan entre el 30% y 40% de los gastos de operación, según datos de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar).
Esto se traduce en un ajuste de tarifas para los consumidores, lo que, en última instancia, incrementa el precio de productos como alimentos, bebidas, e incluso cigarrillos.
A pesar de que el IEPS sobre la gasolina magna también subió (6.45 pesos por litro), y la gasolina premium (5.45 pesos por litro), el impacto del diésel se percibe como más agudo, debido a su papel en el transporte de la canasta básica y otros productos esenciales.
Esta alza desencadenará una cadena de incrementos en varios sectores, afectando principalmente a los más vulnerables de la población.
Un golpe al bolsillo de las familias
El aumento en los precios de combustibles, principalmente el diésel, no solo afecta a las empresas, sino que se refleja directamente en el costo de vida de los ciudadanos. Con la escalada en los precios de alimentos como el huevo, la carne de pollo, la leche y otros productos básicos, las familias mexicanas se enfrentarán a un aumento de más del 11% en su gasto en productos cotidianos.
Un paquete que antes costaba 135 pesos, ahora supera los 150 pesos, lo que implica una presión adicional sobre los ingresos familiares.
La «Cuesta de enero» de 2025, lejos de ser pasajera, parece extenderse por más tiempo debido a la acumulación de incrementos en diversos productos. Según expertos, este fenómeno podría prolongarse hasta marzo, afectando especialmente a las tiendas de abarrotes y mercados, que no cuentan con la capacidad de competir con las grandes cadenas comerciales.
Estos pequeños comercios no tienen otra opción más que aplicar los precios sugeridos por sus proveedores, que reflejan el alza generalizada en los costos de operación.
Salario mínimo frente a los precios crecientes
Mientras que el salario mínimo en México ha aumentado un 12% en 2025, pasando de 248.93 pesos diarios a 278.80 pesos, la diferencia entre el incremento de los salarios y el aumento de los precios de los productos, genera un desequilibrio en el poder adquisitivo de las familias.
A pesar del crecimiento en los ingresos reales de los trabajadores, el poder adquisitivo sigue siendo insuficiente frente a la inflación, que sigue su curso, afectando de manera más acentuada a las clases medias y bajas.
El diputado local de Movimiento Ciudadano en Sinaloa, Sergio Torres Félix, manifestó su preocupación por estos incrementos, señalando que el alza en los precios de los combustibles solo agravan la carga financiera de las familias.
A pesar del aumento en los salarios, los ajustes en los precios de productos y servicios están desbordando la capacidad de adaptación económica de la población.
Una recuperación económica a pasos lentos
En este contexto económico, el INEGI reportó que la recuperación en el empleo y los ingresos sigue siendo lenta. A pesar de un crecimiento de los ingresos reales del 5.3% anual hasta octubre de 2024, el empleo en sectores clave no muestra signos de una recuperación acelerada.
Con un crecimiento apenas del 0.1% mensual y una caída del 0.6% anual en el empleo, la situación económica aún no refleja un panorama optimista, sobre todo cuando se combina con los constantes aumentos de precios.
Este panorama hace prever que el costo de vida será más alto en 2025, y que los hogares tendrán que hacer frente a una «Cuesta de enero» más pronunciada, que podría extenderse a lo largo de los primeros meses del año.
La combinación de un aumento en los combustibles, especialmente en el diésel, y la escalada de precios de la canasta básica, servicios y productos esenciales, será difícil de sobrellevar para millones de mexicanos, quienes percibrrán cómo su poder adquisitivo se verá erosionado.
El impacto en los pequeños comercios y consumidores
El impacto económico también será notorio en los pequeños comercios, que enfrentan mayores desafíos al ajustar sus precios.
Gerardo Cleto López Becerra, presidente del Consejo para el Desarrollo del Comercio en Pequeño y la Empresa Familiar (ConComercioPequeño SC), señaló que la cascada de aumentos de precios está golpeando especialmente a las tiendas de abarrotes y mercados populares.
Estos negocios no pueden competir con las grandes cadenas de autoservicio, lo que podría llevar a una disminución de su clientela, afectando su estabilidad económica.
El 2025 empieza con una fuerte presión inflacionaria derivada principalmente de los aumentos en el precio del diésel, que afecta no solo al transporte de mercancías, sino también a los precios de alimentos, productos básicos y servicios.
Aunque el aumento en el salario mínimo ofrece algo de alivio, este incremento no será suficiente para compensar el impacto de los precios en la vida diaria de millones de mexicanos.