Emmanuel Anaya / Ciudad de México.
La casa de transición del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ubicada en la calle de Chihuahua, número 216, en la colonia Roma, se ha convertido en el lugar más concurrido y ha transformado la vida de quienes habitan en sus alrededores.
Tras establecerse en el lugar, vecinos reconocen que hubo mejorías en los servicios públicos, “hay más seguridad y alumbrado”, expresaron. Asimismo se reactivó la economía de los restaurantes, fondas y pequeñas tiendas. Sin embargo, no todo ha sido miel sobre hojuelas, pues la tranquilidad que antes reinaba en la calle desapareció. Manifestaciones, calles atiborradas y tráfico son el pan de cada día.
En una entrevista concedida al reportero Juan Manuel Mazas para esta casa editorial el pasado 26 de agosto, Humberto Sánchez, encargado del restaurante Krikas, el cual se ubica a una cuadra de la casa de transición, señaló que sus ventas han aumentado y hay más seguridad.
“Han mejorado mucho las ventas a raíz de que se instaló la casa de transición. Viene mucha gente a ver al que va a ser el nuevo presidente de México, después de dejarles sus peticiones, se vienen a comer a aquí”, manifestó el señor Humberto Sánchez.
Subrayó que no solo en lo económico han visto una mejoría, también en la vigilancia y seguridad. “Ahora vemos más patrullas, las calles iluminadas. Definitivamente hay más seguridad desde que se instaló la casa de transición… como comerciante, te digo, ojalá se quedara aquí para que siguiéramos con estos beneficios”.
El joven Isaac, quien se encarga del bar Brüs, ha visto como el negocio va a la alza; éste se ubica a dos calles de donde da entrevistas López Obrador: “A traído más gente a nuestro negocio, nuestras ventas han mejorado y tenemos nuevos clientes, unos de ellos son la gente mayor. Ahora tenemos clientes provenientes de Yucatán, Monterrey, Chiapas, Oaxaca, entre otros, quienes son muy amables”, puntualizó.
Al igual que Humberto Sánchez, reconoció que en la colonia Roma, hay más vigilancia y seguridad a cualquier hora del día, lo que da un ambiente de tranquilidad.
Por otra parte, los dos coincidieron en que una desventaja es el ruido que se genera en las manifestaciones, no obstante, éstas han sido organizadas y sin vandalizar los establecimientos.
“Hasta el momento, se han presentado diversas marchas, pero todas tranquilas. Nosotros no hemos sido agredidos de ninguna forma. Creo que ellos –los manifestantes- vienen a pedir ayuda, no a violentar; por su parte la seguridad ha respetado su derecho a manifestarse, esta padre, está chido”, comentó el encargado del bar.
En contraste, hay vecinos que se encuentran inconformes con la gente que acude al lugar, ya que generan bastante ruido, bloquean la banqueta, se intensifica el tráfico, no respetan las áreas verdes y tiran la basura en la calle.
A un costado de la casa de transición, se observan letreros que dicen: “No tirar basura”, “No pararse o sentarse en las jardineras” ,“Respeten las entradas”, los cuales fueron puestos por algunos colonos.
En una pequeña tienda del lugar, la dueña refirió que por lo concurrido que se ha vuelto la zona, se han colocado puestos ambulantes en la vía pública, con la finalidad de vender diversos productos, lo que obstruye el paso peatonal.
Estos son algunos de los testimonios de los lugareños, quienes han visto y vivido la transformación de la colonia Roma, aunque saben que algún día se terminará esta situación y sus vidas regresarán a lo que era antes, en una colonia tranquila, y se quedarán con esta anécdota, para posteriormente comentarla en fiestas y reuniones.