Durante su gira por Estados Unidos, específicamente en Chicago, Andrés Manuel López Obrador anunció que el 14 de marzo se reunirá en Nueva York con el comisionado de ONU con el fin de denunciar al gobierno de Donald Trump por violación a derechos humanos de los migrantes, y al día siguiente interpondrá en Washington una denuncia ciudadana ante la Comisión Internacional Derechos Humanos.
En el auditorio de la escuela preparatoria “Benito Juárez” de Chicago, en Illinois, el político tabasqueño también anunció la creación de un frente cívico en defensa de los derechos de los migrantes, propuesta que se conocerá por el hashtag #PorUnFrenteCívico.
También informó que el exembajador Héctor Vasconcelos; dirigentes de Morena y representantes de connacionales en el extranjero, así como el senador Rabindranath Salazar, y el diputado federal Fidel Calderón serán los encargados de conseguir que buenos abogados defiendan a los migrantes afectados por la decisión de Trump de perseguir a migrantes, principalmente mexicanos.
“Aquí no es asunto de Morena, no es asunto partidista, es asunto de todos. Tenemos que unirnos por esta causa noble, estar juntos en esta lucha contra la discriminación racial”, añadió.
López Obrador pidió hacerle frente a la “campaña de odio” de Trump contra los migrantes. Será indispensable, añadió, “comunicarlo a los trabajadores y a las clases medias estadunidenses”.
Igual consideró que más allá de la revisión del TLCAN, se debe informar a los estadunidenses “que están siendo manipulados en contra de los migrantes, particularmente en contra de los mexicanos”. Por eso, anunció que se editará en inglés el periódico de Morena, Regeneración, para informar a los estadunidenses sobre la campaña de odio de Trump.
López Obrador dijo que la semilla racista sembrada por el presidente estadunidense desde la campaña presidencial del año pasado se justificó por los problemas económicos de los estadunidenses, mismos que, indicó, son producto de la mala distribución de los ingresos del país. Lo más grave, dijo, es que el gobierno esté siendo administrado por políticos que quieren pagar la menor cantidad de impuestos.
“Ese es el fondo del asunto. Por eso nuestra actuación debe concentrarse en hacer conciencia entre los sectores que todavía no se recuperan de la recesión económica del 2008. Ahí está parte del problema y que por su situación precaria estos sectores de Estados Unidos afectados y por su desesperanza han sido fácilmente intoxicados por la campaña de odio contra los migrantes y contra México”, destacó.
Por ello debe haber unión para presentar denuncias por violación de los derechos humanos contra quienes persigan a los migrantes como ordenó Trump, sentenció. Recordó que en los años cuarenta el gobierno de Estados Unidos se comprometió en la ONU a que respetaría la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Por eso, al igual que lo hizo en Los Ángeles, California, el tabasqueño expresó su solidaridad con los paisanos que residen en Estados Unidos “y a todos los migrantes en el mundo”.
Acompañado de religiosos, activistas y representantes de agrupaciones de defensores de los migrantes, López Obrador afirmó que el pueblo de México es de los mejores trabajadores del mundo, y ejemplo de ello, acotó, es que sin la mano de obra de los migrantes mexicanos no podría avanzar la industria automotriz estadunidense.
“Por eso una nueva legislación que aumente los impuestos o ponga barreras al transporte de autopartes perjudicaría. Hay que reconocer a los trabajadores de nuestro país, pero también a los consumidores de Estados Unidos. Es más, una medida proteccionista de ese equipo, así como se anuncia de manera demagógica, afectaría a los propios empresarios de Estados Unidos, empezando por Wilbur Ross, secretario de Comercio de Estados Unidos”, indicó y resaltó, ya que “es fundador y accionista principal de ocho fábricas de autopartes en México que abastecen a las tres compañías automotrices más importantes de este país”.
Con información de Proceso