México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo y no, no lo decimos nosotros, lo dicen los 12 periodistas asesinados en 2017 que hicieron que el país se colocara como la nación más peligrosa para la profesión. Esto lo determinó por segundo año consecutivo la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) que ubicó a México en el lugar 147 de 180 en su Índice de Libertad de Prensa en el Mundo 2018.
La RSF detalla que los periodistas mexicanos asesinados el año pasado fueron: Salvador Adame Pardo, Filiberto Álvarez Landeros, Miroslava Breach Velducea, Edgar Esqueda Castro, Ricardo Monlui Cabrera, Cecilio Pineda Brito, Luciano Rivera, Gumaro Pérez Aguilando, Cándido Ríos, Maximino Rodríguez Palacios, Jonathan Rodríguez Córdoba y Javier Valdez Cárdenas.
Ahora, a esos nombres se sumará el de Sergio Martínez, activista y experiodista, que fue asesinado a tiros en Chiapas, al sur de México.
Aunque Sergio, de 47 años, había dejado de escribir desde hace años para el periódico local Enfoque. se mantenía activo en redes sociales desde donde lanzaba críticas contra el Gobierno y la Policía de Cacahoatán, una pequeña comunidad cerca de la frontera con Guatemala, donde vivía.
Todo ocurrió alrededor de las diez de la mañana en un restaurante de Tuxtla Chico, otro municipio en Chiapas. Dos personas llegaron al lugar y acribillaron a Martínez mientras desayunaba y después se fugaron a bordo de una motocicleta, informó Isaín Mandujano, corresponsal de la revista Proceso en el Estado. Las autoridades de Chiapas aún no han confirmado el móvil de la agresión ni han dado detalles sobre los atacantes ni si han sido detenidos.
Lo único oficial que se sabe es que la Fiscalía ha descartado que el asesinato de El Dengue, como apodaban al experiodista, esté relacionado con lo que publicaba en las redes sociales o su supuesta labor periodística.
Claro que el ataque contra Martínez, identificado en un inicio como un «comunicador», provocó indignación entre los medios de comunicación pues desde hace tiempo el experiodista había comentado haber pedido «auxilio a gritos».
Este asesinado se suma al ocurrido hace dos semanas: el del periodista de El Heraldo de ChiapasMario Gómez en Yajalón, otro municipio de Chiapas. Gómez fue asesinado a tiros cuando salía de su casa y murió después de ser trasladado a un hospital tras recibir dos disparos en el abdomen el pasado 21 de septiembre. Ya lo dicen por ahí, en México es peor ser periodista o activista que un ladrón que vacía las arcas de un pueblo.