** Los municipios de Frontera Comalapa, Chicomuselo, Amatenango de la Frontera, Mazapa de Madero, Bejucal de Ocampo, Siltepec, El Porvenir, La Grandeza y Motozintla enfrentan una situación de violencia extrema **
Abraham Onofre / Nacional.
La violencia desatada por la lucha entre grupos del crimen organizado en la región serrana de Chiapas ha tenido consecuencias para la educación de miles de niños. Según denuncias de sindicatos educativos y organizaciones de derechos humanos, el cierre de escuelas debido a la inseguridad ha aumentado la desigualdad y la pobreza en una de las zonas más marginadas del país. Desde el inicio del ciclo escolar 2024-2025, se estima que cerca de 300 mil menores se han quedado sin poder asistir a clases en 11 municipios afectados.
La situación se ha vuelto insostenible. Desde septiembre de 2023, muchos maestros han dejado de acudir a las aulas, mientras que padres de familia expresan su preocupación por la seguridad de sus hijos. «Nos encontramos en una de las aulas afectadas por la disputa entre estos cárteles y el temor está presente entre padres, maestros y alumnos», afirma un padre que optó por no revelar su identidad. Esta incertidumbre ha marcado el inicio del nuevo ciclo escolar, dejando a cientos de comunidades sin educación.
La violencia, manifestada en enfrentamientos armados y ataques a la infraestructura escolar, ha llevado a muchas familias a huir de sus hogares. Una estudiante desplazada de Chicomuselo compartió su experiencia en una emotiva carta, donde describe el vacío que siente al abandonar su sueño de estudiar. «Soy una niña desplazada… se violentaron mis derechos a la educación», lamenta al recordar la vida que dejó atrás, llena de felicidad y seguridad.
El panorama es desolador. La Asamblea Estatal Democrática de la Sección 40 de la CNTE advierte sobre la escalada de violencia que sigue afectando a la educación en Chiapas. Los maestros, que a menudo deben trasladarse desde otras regiones del estado, se niegan a regresar a sus lugares de trabajo por temor a los enfrentamientos. Sin la presencia docente, el ciclo escolar se encuentra detenido, mientras la violencia continúa acechando a las comunidades.
Es necesario mencionar que los municipios de Frontera Comalapa, Chicomuselo, Amatenango de la Frontera, Mazapa de Madero, Bejucal de Ocampo, Siltepec, El Porvenir, La Grandeza y Motozintla enfrentan una situación de violencia extrema.
La voz de los habitantes es clara: «Los niños están olvidados». Con la educación interrumpida desde hace meses, tanto padres como alumnos claman por ayuda y atención de las autoridades. La inseguridad ha transformado el panorama educativo en Chiapas en un auténtico desastre, dejando a miles de niños en un ciclo de pobreza, marginación y un futuro incierto. La emergencia educativa en esta región requiere una respuesta urgente y efectiva para garantizar el derecho a la educación de los más vulnerables.