** Los uniformados que renunciaron alegan que el alcalde, quien busca la reelección, ha utilizado a la policía municipal para su seguridad privada**
Abraham Onofre / Tlapanalá, Pue.
La noche del sábado 18 de mayo se tiñó de violencia en el municipio de Tlapanalá. Un grupo armado emboscó a policías municipales, quienes repelieron la agresión y persiguieron a los atacantes por pueblos como Santa Catarina Coatepec. Los hechos ocurrieron alrededor de las 10 de la noche y, aunque afortunadamente no se reportaron bajas entre los uniformados, el incidente es parte de una serie de tensiones crecientes en la región.
Ataque coordinado y represalias
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública del estado y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el ataque se presume como una represalia por las acciones recientes del cuerpo policiaco. Apenas el jueves por la noche y la madrugada del viernes, los oficiales localizaron un predio donde se desvalijaban tráileres y camionetas robadas, una operación atribuida al Cártel de Los Colombianos. La respuesta rápida y decidida de los policías no evitó que fueran blanco de un ataque con armas de fuego, aunque lograron defenderse y mantener la persecución de los delincuentes.
Crisis en la seguridad pública municipal
Paralelamente a estos eventos violentos, Tlapanalá enfrenta una crisis interna en su cuerpo de seguridad pública. La suspensión del director de Seguridad Pública, Erick Rodríguez, determinada en una sesión de Cabildo, desencadenó la renuncia de doce policías municipales en solidaridad. Las quejas por prepotencia y mal carácter de Rodríguez se sumaron a denuncias de corrupción y desatención por parte del alcalde Silverio Galicia Baltazar.
Los uniformados que renunciaron alegan que el alcalde, quien busca la reelección, ha utilizado a la policía municipal para su seguridad privada, desviando recursos y atención de sus verdaderas funciones. Entre las anomalías señaladas se encuentra la devolución irregular de motocicletas con reporte de robo a sus propietarios y el desabasto constante de combustible para las patrullas.
Consecuencias inmediatas
Con la renuncia masiva de los oficiales, Tlapanalá quedó con apenas dos elementos de seguridad pública. Uno de ellos, un antiguo policía ahora asignado a Protección Civil, y un militar incorporado recientemente a la policía. Ante la precariedad, se ha recurrido al apoyo de la policía de la junta auxiliar de Las Palmas para intentar garantizar la seguridad en el municipio.
Los exuniformados también revelaron que el director Rodríguez, en varias ocasiones, tuvo que usar dinero propio para llenar los tanques de las patrullas, ante la indiferencia del presidente municipal hacia las necesidades básicas de la seguridad pública. Además, acusaron a Galicia Baltazar de no preocuparse por el bienestar de los oficiales, ni siquiera cuando fueron atacados por desconocidos con armas de fuego.
Acusaciones de corrupción y malversación
Las denuncias incluyen la custodia privada que los policías debían proporcionar al alcalde en sus visitas a domicilios particulares para consumir alcohol y durante sus actividades proselitistas en plena campaña electoral. Estas prácticas, según los exuniformados, son ilegales y desmoralizantes para los oficiales comprometidos con la seguridad ciudadana.
La situación en Tlapanalá refleja una combinación peligrosa de violencia externa e inestabilidad interna, donde los esfuerzos por mantener la ley y el orden están siendo socavados por prácticas corruptas y la falta de apoyo institucional. La comunidad espera con urgencia una intervención efectiva que restaure la confianza en las autoridades y garantice la seguridad de sus habitantes.