Emmanuel Anaya / Izúcar de Matamoros, Pue.
*El lunes se ofició una misa de cuerpo presente en la iglesia de Santo Domingo de Guzmán y de ahí partió el cortejo fúnebre a su última morada del sacerdote
*Falleció el pasado fin de semana y sus restos ya descansan en la iglesia del barrio de San Juan Coahuixtla
*Nació en San Miguel Las Minas, perteneciente a Izúcar
El padre Otilio Chávez Rosas, nació en la localidad de San Miguel Las Minas, perteneciente a Izúcar de Matamoros. En 1953, siendo aún niño, su familia se trasladó al barrio de Juan Coahuixtla, donde desarrolló su vocación humanitaria y caritativa por el prójimo.
Su crianza estuvo a cargo de su madre Juanita Rosas Montiel, quien le enseñó valores fundamentales, amor propio y al próximo, respeto, solidaridad y responsabilidad, entre otros, los cuales con el paso del tiempo, puso siempre en práctica.
Su familia fue prominente, fueron 11 hermanos, de los cuales tres murieron aún siendo niños. La madre y los tres hermanos mayores tuvieron que trabajar para sacar adelante a los más pequeños. Por su parte, Otilio Chávez Rosas cuidada a sus fraternos menores.
En etapa de suma felicidad, donde le gustaba jugar, recuerda su hermano Miguel Tiburcio Chávez Rosas, también daba sus primeros pasos a la vida del sacerdocio. “Le agradaba ver y arreglar las imágenes de los Santos, pero sobre todo, de la Virgen de Guadalupe, de quien siempre fue devoto”, comentó.
En su adolescencia su interés por la vida en santidad era ferviente; apoyaba en la iglesia del barrio de Juan Coahuixtla, donde comenzó a realizar evangelizaciones con los jóvenes, asimismo realizaba pastorelas cada 24 de diciembre.
Al ser una persona adulta, su pasión por consagrar su vida a la de Dios, lo llevó a inscribirse en el Seminario Cristo Rey para Vocaciones en la Edad Adulta de Texcoco, especializado para gente mayor, por lo que se trasladó a la ciudad de México.
La noticia de su decisión fue bien recibida por sus familiares, quienes contentos despidieron a Otilio, con la certeza de que él conocería ampliamente las enseñanzas de Cristo y estaría más cerca de Dios.
“Juntó a toda la familia y nos dijo que se iría a estudiar al Seminario Cristo Rey para Vocaciones en la Edad Adulta de Texcoco. Mi madre se puso muy feliz por la noticia, fue una gran alegría”, mencionó su hermano.
Pasado el tiempo, sus conocimientos en teología se ampliaron aunados a su gran humanismo, hicieron a una persona preocupado por el bienestar de los demás, labor que siempre fue reconocido por sus compañeros como una persona de gran corazón que ayudaba a todos.
Al concluir sus estudios en el Seminario, fue enviado a Tapachula Chiapas, donde su valor de evangelizar a jóvenes y adultos rindió fruto, y posteriormente fue trasladado a la comunidad de Tuxtla Chico, zona norte de Chiapas.
En aquella comunidad, donde vio la pobreza material y espiritual, su espíritu se llenó de fortaleza y apoyó a cada ciudadano, siempre condescendiente con ellos e invitándolos a conocer a Dios, por su carisma y empatía la gente le tomó cariño y aprecio, haciendo que fuera sumamente querido en la región.
Posteriormente fue trasladado a Tuzamapan de Galeana, en la Sierra Norte del estado de Puebla, lugar donde se vivía un gran conflicto entre los pobladores, que a la llegada del sacerdote, pudo controlar con sus sabias palabra.
Por su gran conocimiento en las festividades de los barrios y las mayordomías, fue designado rector del Santuario de la Virgen de los Remedios, en el municipio de San Pedro Cholula, donde realizó una gran conexión con los feligreses, quienes acudían a él para platicar o pedir un consejo.
Finalmente estuvo al servicio de la parroquia de San Gregorio, donde realizó una gran labor que fue reconocida por las personas del lugar.
Estas acciones lo llevaron a consagrarse en aquella comunidad como uno de los más queridos, por su gran carisma y humanismo, siempre dispuesto apoyar a los parroquianos y a quien lo necesitara sin distinción.
En esta etapa de su vida, periódicamente regresaba a su tierra que lo vio crecer, donde seguía realizando misas y pláticas con las personas, dejando de ser un sacerdote para convertirse en un amigo en el cual se podía confiar.
Asimismo, realizó cargos en el colegio donde estudió, principalmente como promotor de vocaciones, nos obstante al ser detectado con cáncer, regresó definitivamente a su tierra, donde siguió evangelizando, realizando misas y labores altruistas en las iglesias del barrio de San Juan Coahuixtla y Santo Domingo.
En las fiestas de los barrios siempre estuvo presente, ya que era un gran conocedor y promotor de la cultura y las tradiciones de los barrios, los cuales apreciaba.
Cabe señalar que en el año 2016, el párroco Otilio Chávez Rosas, celebró sus bodas de plata, en la iglesia de Santo Domingo, que congregó a parroquianos del municipio.
“En sus últimos días, el padre se sentía fuerte y su último deseo fue que sus restos fueran depositados en la iglesia de Santo Domingo o en la del barrio de San Juan Coahuixtla”, dio a conocer su hermano.
La tarde del sábado 24 de junio, el sacerdote Otilio falleció tras una vida de santidad y de gran labor, dejando atrás una trayectoria y reconocimiento de las personas por su ejemplar existencia.
El día lunes 26 se ofició en la iglesia de Santo Domingo, una misa de cuerpo presente en honor a Otilio Chávez Rosas, donde se congregaron ciudadanos de Izúcar, Cholula, Puebla y del estado de Chiapas. Posteriormente trasladaron sus restos a la iglesia de San Juan Coahuixtla, donde se le dio sepultura.
En su sepelio no hubo llanto y en su lugar se escucharon plegarias, cuetes y aplausos, los presentes y familiares recordaron al sacerdote con alegría y felicidad.
Las grandes obras de caridad y evangelización que realizó eran temas de comentarios entre los presentes, y su hermano mayor señaló que “hoy es día de alegría, porque mi hermano se acerca a Dios y ese motivo es de alegría y no de tristeza”.
El Arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinoza, quien estuvo presente por unos minutos, dio unas palabras de aliento a los familiares y alzó unas oraciones.
“Viajó a su última morada, un hombre que entregó su vida a Dios y a los ciudadanos”, recalcó el arzobispo.