Juan Rubio / Chietla, Pue.
La empresa Industrial Azucarera de Atencingo, conocida como el Ingenio de Atencingo, ha enfrentado una situación complicada en los últimos años, debido a la falta de lluvias y la escasez de precipitaciones en la región. Sin embargo, las recientes lluvias de junio han brindado esperanza a los productores de caña de azúcar, quienes confían en que estas ayudarán a detener una posible caída en la producción.
En una entrevista exclusiva con Adelino Rodríguez Vélez, Superintendente General de Campo del Ingenio de Atencingo, expresó su pronóstico optimista en relación a las lluvias de junio. En comparación con la zafra pasada, en la cual se cosecharon 1 millón 500 mil toneladas de la vara dulce, y se espera que las precipitaciones actuales contribuyan a la recuperación del campo cañero.
El mes de mayo fue especialmente crítico, ya que no se registraron lluvias, siendo lo usual tan solo seis milímetros de líquido pluvial. Afortunadamente, hasta la fecha se han acumulado 122 milímetros de agua en el mes de junio, lo cual ha generado satisfacción entre los agricultores.
La llegada de las lluvias ha impulsado a muchos productores a salir a fertilizar sus campos cañeros, lo que se espera que contribuya a una recuperación en la producción de toneladas de caña y evite una caída más pronunciada en comparación con la zafra anterior.
Durante dos años consecutivos, el Ingenio de Atencingo ha sufrido las consecuencias de la escasez de lluvia, lo cual ha resultado en rendimientos bajos tanto en toneladas de caña como en producción de azúcar. Esta situación ha afectado significativamente la economía de los productores.
El año pasado, solo se registraron 630 milímetros de lluvia, lo cual ocasionó una reducción en la producción de hasta 1 millón de toneladas de la vara dulce. En el año anterior, a pesar de cosechar 1 millón de toneladas de caña, solo se registraron 700 milímetros de lluvia en la región.
Teniendo en cuenta que el promedio anual de lluvia en el Ingenio de Atencingo es de 850 milímetros, la falta de precipitaciones en los últimos dos años ha tenido un impacto significativo en los rendimientos, lo cual provocó pérdidas para los productores de caña de azúcar.
La escasez de lluvia y la falta de precipitación han sido un desafío para el Ingenio de Atencingo, generando bajos rendimientos y afectando la economía de los productores. Sin embargo, la llegada de las precipitaciones en junio ha brindado un respiro y una esperanza de recuperación para el campo cañero.
Los productores confían en que estas lluvias, junto con las medidas de fertilización implementadas, ayudarán a revertir la situación, y permitirán alcanzar una producción más favorable en el futuro.