Nicolás Dávila Peralta / Punto de Vista
Hemos llegado a la segunda mitad del mes de noviembre y con él se ve ya el final de 2022, y la llegada de un año en el cual no solo habrá elecciones de gobernador en dos estados, sino que los partidos y coaliciones se prepararán para las elecciones generales de 2024, donde los mexicanos elegiremos presidente de la República, senadores y diputados federales. Asimismo, en otros estados, como Puebla, se renovarán los poderes Ejecutivo (gobernador) y Legislativo (diputados locales), así como los alcaldes de los 217 municipios del estado.
La dinámica electoral ha cambiado con relación a los partidos. Desde finales del siglo pasado, la situación política del país ha evolucionado. Primero fue la presencia cada vez mayor de los partidos opositores en ese tiempo al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Cámara de Diputados; después las primeras gubernaturas concedidas al Partido Acción Nacional (PAN).
El primer momento importante en este cambio fue la llegada del PAN al poder; primero, a través del frustrante gobierno del guanajuatense Vicente Fox Quezada y luego con el cuestionado triunfo de Felipe Calderón que para rendir protesta tuvo que entrar y salir por la “puerta de atrás” del Palacio de San Lázaro y construyó un sexenio de sangre y corrupción.
Por su parte, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) pasó de ser una fuerza que unió a todas las corrientes de izquierda, a un grupo de tribus que lo debilitaron y el sistema lo absorbió con la complicidad de los líderes conocidos como “Los Chuchos”: Jesús Ortega y Jesús Zambrano.
De este modo, en el sexenio de Enrique Peña Nieto se logró la coalición de esos tres partidos para dar paso a las reformas estructurales, que anunciaron el derrumbe del sistema económico político establecido por Carlos Salinas a partir de 1988.
Hoy ya no se piensa en partidos sino en coaliciones de partidos. A morena se unieron los partidos del Trabajo, Encuentro Social y Verde Ecologista de México. En tanto que a iniciativa de la extrema derecha se ha intentado una alianza entre el PRI, el PAN y el PRD: Va X México, alianza que se sostiene con alfileres, dado el origen de cada uno de los partidos: uno heredero de la Revolución Mexicana (PRI), otro fundado por la derecha antirrevolucionaria (PAN) y otro más presuntamente de izquierda (PRD).
Las elecciones de 2024 serán la prueba para los partidos de la frágil alianza Va X México, ya se verá si van unidos o no por la Presidencia de la República; si buscarán en alianza una mayoría en el Congreso de la Unión y las gubernaturas, congresos locales y presidencias municipales o cada uno postulará candidatos por separado.
Entre tanto, la otra alianza, hoy conformada por Morena, PT y PVEM, todo hace suponer que se mantendrá para 2024.
Los sondeos de opinión prevén que esta última alianza logrará nuevamente la Presidencia de la República; sin embargo, tanto la candidatura presidencial como las gubernaturas en juego, entre ellas la de Puebla, dependerán en buena medida de tres factores: el impacto de las administraciones actuales en los electores, los candidatos que propongan los partidos o las coaliciones y las campañas de promoción, información parcial, desinformación y calumnias en las redes sociales.
Lo mismo sucederá con las candidaturas a los congresos federal o locales y, sobre todo, a las presidencias municipales y alcaldías (en el caso de la Ciudad de México).
No es solamente el color del partido o el emblema de las coaliciones lo que orienta el voto de los ciudadanos, sino los tres factores arriba señalados: las buenas gestiones de los actuales gobernantes, la calidad de los candidatos y el papel de las redes sociales.
Ningún partido o coalición tiene seguro el triunfo si no elige con cuidado a sus candidatos, evalúa la gestión de sus gobernantes o legisladores y se prepara para hacer frente a las campañas negras en las redes sociales, capaces de orientar el voto de las personas por cuya ignorancia son fácilmente manipulables.
Retazos
No está demás recordarles a las dos facciones morenistas irreconciliables de Izúcar de Matamoros los versos de Martín Fierro:
«Los hermanos sean unidos
porque esa es la ley primera.
Tengan unión verdadera
en cualquier tiempo que sea,
porque si entre ellos pelean,
los devoran los de afuera».
Y en el caso de Izúcar de Matamoros, “los de afuera” para Morena, son priístas, perredistas y panistas, dispuestos a ocupar la silla de la presidencia municipal; es decir, la vuelta al dominio priísta.