Elizabeth Soriano / Izúcar de Matamoros, Pue.
A menudo los jóvenes son excluidos o pasan por alto como candidatos políticos, esto debido a su corta edad, oportunidades limitadas y supuesta falta de experiencia; ante esto, el joven político izucarense, Rubero Suárez Salgado opina que es muy complicada la labor de los jóvenes dentro de este ámbito.
Señala que muchas veces son vistos como objetos para hacer campañas casa por casa, en los semáforos o en los mítines; sin embargo, él piensa que el cambio se debe construir a partir del trabajo y esfuerzo, siempre buscando metas, objetivos y tratar de alcanzarlos, es por eso que constantemente realiza labores para resaltar el trabajo y la importancia de los jóvenes en este rubro.
14 años en la política
Inició desde los 18 años, fue impulsado por su padre, el licenciado Rubero Galileo Suárez Matías, quien fuera presidente municipal durante el periodo 2010-2011 y por sus abuelos, quienes trabajaron por más de 40 años en el magisterio; además de que su abuelo materno, Ernesto Salgado Vargas, fue presidente del municipio de Tilapa.
Lo invitaron unos amigos a participar en una campaña política en el municipio, al llegar a las reuniones pudo percatarse del verdadero reto de los jóvenes dentro de este ámbito, pues pudo observar que muchas veces son ignorados y hechos a un lado; argumenta además que hay envidias y los problemas de los antepasados también influyen para que algunos grupos no te dejen pasar ni dejar crecer.
“A mí me costó mucho trabajo salir adelante, tuve muchos obstáculos que fui tratando de superar poco a poco; y a veces no te creen que tengas la capacidad, que tengas el talento, esa forma honesta de trabajar, pero es algo que puedes ir desvirtuando poco a poco”, manifestó.
Con su persistencia en el ámbito, llegó a ocupar el cargo de subsecretario de Organización Política a nivel estado en el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Entiende las problemáticas de los migrantes
En el marco del Día Internacional del Migrante, Suárez Salgado manifestó su reconocimiento hacia la comunidad de connacionales que radican en la unión americana y que trabajan día a día, destacando que entiende los obstáculos que en todo momento deben superar, pues señala que también fue migrante y le tocó sobrellevar situaciones de maltrato y discriminación.
“Es muy complicada la vida en Estados Unidos, es un logro llegar allá, pero es aún más difícil mantenerse, porque sufres muchas carencias y maltratos por parte de los estadounidenses, inclusive hay quienes tratan de evadir los maltratos físicos y racistas”, expresó.
Contó su experiencia desempeñando labores de lavaplatos, limpieza y empleado de fábrica; práctica que lo llevó a ser sensible con las necesidades de la gente que llega a otro país extranjero, lejos de su patria y seres queridos.
“Las personas allá no se olvidan de México y tienen el anhelo de regresar y poder vivir como siempre han soñado”, dijo.
La labor por un Izúcar renovado
Pensando siempre en poder colaborar para el bien de las personas que más lo necesitaban, junto con el ICATEP, coordinó jornadas gratuitas de corte de cabello, primeros auxilios, afinaciones básicas, restauración de muebles, hojalatería y pintando de carros, entre otras; llegando a todas las comunidades de Izúcar de Matamoros y municipios aledaños en la región.
También incursionó en el comercio formal e informal, donde coordinó a un grupo de comerciantes para habilitar una cocina comunitaria durante la contingencia sanitaria, esto como un apoyo para las familias afectadas por el virus del Covid-19, aquellos que perdieron sus empleos y para los que son de escasos recursos; con ello se otorgaron más de 15 mil comidas.
Continuó su labor social y realizó más de 184 reuniones con Células Sociales de Izúcar de Matamoros, usando como principal estandarte la búsqueda de un Izúcar renovado.