**Karmina pidió bendiciones para su familia y su municipio**
Elizabeth Soriano / Izúcar de Matamoros, Pue.
Como parte del programa “Manos del Mundo en el Vaticano”, el Papa Francisco recibió a artesanas poblanas en su residencia oficial, entre ellas la izucarense Selena Karmina Cuateta Ramos, quien entregó al pontífice una Virgen de Guadalupe hecha de barro policromado, y le pidió bendiciones para su familia y para su municipio de Izúcar de Matamoros.
En entrevista exclusiva para Enlace Noticias, la artesana expresó que fue una experiencia inolvidable el haber conocido al Santo Padre, y pese a la incertidumbre de si lo conocería o no, la espera valió la pena.
En total fueron ocho las personas que lograron entrar a la audiencia con el Papa: las artesanas de Cuetzalan, Hueyapan, la izucarense y los secretarios de Cultura, de Turismo y de Economía.
El encuentro con el Santo Padre se dio luego de la inauguración de un punto de venta en el llamado brazo de Carlo Magno, en la Plaza de San Pedro, a la salida de la Basílica, en El Vaticano.
Una cálida visita
Las artesanas no solo pusieron el nombre de Puebla y de México en alto, sino que también tuvieron el honor de conocer al sucesor de Pedro, de entregarle presentes y platicar con él, además de recibir su bendición.
Desde que le avisaron que viajaría a El Vaticano a la expo venta de sus artesanías, le adelantaron que probablemente podrían tener una audiencia con el Sumo Pontífice, por lo que su mamá le dio una Virgen hecha en su taller para que se la diera.
Pese a que no estaba muy segura si lo vería y que incluso les llegaron a decir que la visita ya no sería posible, tuvo paciencia y por fin llegó la noticia esperada: entrarían a una audiencia con el Santo Padre y tendrían la oportunidad de hablar con él.
Cuateta Ramos expuso que para ella esta visita será inolvidable, desde que lo vieron entrar por la sala donde las recibió y verlo caminar hacia ellos, que los saludara de mano y les diera un abrazo.
“Un abrazo cálido que se sintió como algo inolvidable, me sentí reconfortada y cálida”, dijo con emoción.
Asimismo, compartió que la Virgen que ella llevaba como presente para el Sumo Pontífice era una que ha estado en su familia por más de 20 años, por lo que al momento de que se la entregó y le contó la historia, el Papa decidió regresársela para que se la guardara, con la condición de que debía cuidársela.
“Él solo agarró y me dijo: me siento mal por todas las cosas bonitas que me están trayendo y yo nada más les voy a regalar un rosario, entonces que te parece si te regreso la Virgen porque es más de ustedes que lo que va a ser mía, te la regreso; es más te doy la bendición y le pongo mi firma para que vean que es mía, solo se las presto, pero ténganla allá con ustedes, récenle y pídanle mucho por mí”, contó emocionada al compartir las palabras del Papa.
Una bendición directa a Izúcar
Al momento que se despidieron de él, el Santo Padre les dio la bendición y agradeció los presentes que tuvieron con él, por lo que al mismo tiempo les preguntó que si alguno tenía una petición en especial; y el pedimento de la artesana fue que mandara su bendición a todo el municipio de Izúcar de Matamoros.
“Desde el vaticano el Papa le manda la bendición a todo el municipio porque por todos pedí, no solo por mi familia”, subrayó.
Un legado que inició con su padre
Karmina Cuateta señaló que el arte del barro policromado es un legado que le ha dejado su familia, empezando por su papá, quien empezó a aprender a realizar las figuras con la maestra Isabel Castillo Orta en 1988, para posteriormente independizarse y fundar su propio taller en 1992, el cual denominó “Árbol de la Vida”.
Años después, el taller fue nombrado con los apellidos de sus dos padres: “Arte Cuateta Ramos”; continuando con un legado que fue heredado a sus hijos y que siguen utilizando la técnica de colores fluorescentes, tal y como les enseñó su papá.
Actualmente Karmina radica en la ciudad de Puebla, pero sigue trabajando el barro policromado en un pequeño taller en su casa, además de seguir apoyándose en el taller que ahora encabeza su mamá en Izúcar de Matamoros.