**Esta iglesia de Izúcar forma parte de la historia de México**
El 8 de febrero de 1641, el racionero de la catedral de Puebla Don Juan de Merlo, a nombre del obispo Juan de Palafox y Mendoza, erigió canónicamente la Parroquia de Españoles de Santa María de la Asunción de Izúcar.
Un aspecto relevante de la gestión de Palafox fue el procedimiento de “secularización” de las parroquias; lo cual quiere decir que este proceso consistió en quitar a los religiosos de las órdenes franciscana, dominica y agustina, la administración parroquial que tenían hasta entonces.
En el caso de Izúcar, la parroquia estaba a cargo de los padres dominicos, quienes habían llegado a evangelizar la región. Sin embargo, siendo la nueva parroquia denominada para españoles, los habitantes de los 14 barrios siguieron considerando al templo y convento de Santo Domingo, como su parroquia.
Por las características arquitectónicas del inmueble, puede asignarse al siglo XVII. El edificio tiene una planta de cruz latina, a la cual se le agregaron capillas laterales (dos en cada lado).
Su fachada consta de dos cuerpos, teniendo ambos, pilastras dobles flanqueando un paño central; en el caso del primer cuerpo éste tiene un arco de medio punto que da entrada al recinto y en cuanto al segundo, el elemento central es la ventana coral en forma de óculo, bajo la cual hay un nicho vacío; tanto los paños centrales como los intercolumnios y las enjutas del arco de entrada presentan decoración trabajada en argamasa.
El reloj que se ubica encima de la ventana coral data de 1864. El interior en la actualidad es más bien neoclásico, producto de las remodelaciones que ha sufrido tanto desde el siglo XIX como en la segunda mitad del XX.
La importancia histórica del templo
Durante la época de independencia, justo el 16 de septiembre de 1812, don Mariano Matamoros que se encontraba organizando el primer ejército mexicano en Izúcar, decidió que se realizaran dos misas para conmemorar el Grito de Dolores, en la parroquia de La Asunción.
En la última misa, Matamoros le pidió a su estado mayor, que subieran al presbiterio de la parroquia generales y coroneles, donde levantaron sus espadas y sombreros, conmemorando el grito que había dado el cura Miguel Hidalgo dos años antes, convirtiendo a Izúcar en el primer lugar en conmemorar este evento, el cual ahora se festeja en todo el país.
En cuanto a arquitectura este es un espacio donde se ha experimentado mucho con las remodelaciones, lo cual da a conocer que Izúcar siempre ha sido un municipio con buenos ingresos económicos.