Juan Manuel Vega / Izúcar de Matamoros, Pue.
El actual gobierno de la edil Irene Olea Torres en el municipio de Izúcar de Matamoros, se encuentra cada vez más envuelto en polémicas, y todo debido a las malas acciones que no se pueden ocultar, ya que siempre habrá quien muestre sus molestias, y en esta ocasión no ha sido la excepción.
La presencia de una infraestructura urbana adecuada es esencial para garantizar el correcto funcionamiento de una ciudad y de sus sistemas. Esta puede ser divida en diferentes categorías como utilidades públicas, obras públicas, transporte, instituciones y espacios públicos.
Las utilidades públicas, por ejemplo, son fundamentales y pueden incluir sistemas de telecomunicaciones, electricidad, agua, alcantarillado, saneamiento y disposición de residuos. Las instituciones públicas, por su parte, incluyen colegios, hospitales, centros de respuesta ante emergencias y estaciones de bomberos.
Es importante tener en cuenta que algunas infraestructuras pueden no ser visibles a simple vista, ya que están ubicadas debajo del suelo, como los sistemas de provisión de agua, cables de electricidad y comunicación.
Quizás es por lo anterior que la población izucarense se ha visto obstaculizada en su desarrollo, ya que ante la falta de capacidad de algunos gobiernos anteriores y más del actual, y otros factores que se le agregan, impiden el correcto desarrollo del municipio.
Es necesario destacar que estos edificios públicos o “elefantes blancos” de Izúcar han sido abandonados por mala gestión, por ineficaces o por ser dañados en su estructura; algunos siguen en funcionamiento con ciertas deficiencias que ya tendrían que haber sido resueltas.
Centro de Desarrollo Comunitario
El Centro de Desarrollo Comunitario de Izúcar de Matamoros, el cual fue construido durante el sexenio de quien entonces era el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, pero implementado por el gobierno federal de Enrique Peña Nieto, se encuentra sobre la carretera Atlixco – Izúcar de Matamoros, en la comunidad de San Martín Alchichica de esta demarcación.
Actualmente está en total abandono y sin arreglo, donde ya se cayó parte del techo y luce descuidado y sin mantenimiento, hay demasiada hierba; cabe recordar que hace unos meses sufrió un incendio, el cual hizo que su infraestructura resultara aún más dañada, además, poco a poco las personas se han ido introduciendo para desmantelar el lugar, así como indigentes que ya habitan dentro de la infraestructura de este recinto comunitario.
De acuerdo a información recabada, al parecer dicha dependencia tuvo que dejar de laborar debido a que el lugar en el que se encuentra no es propiedad del municipio, ya que dichos terrenos, de acuerdo a dos versiones distintas, en la primera, supuestamente la propiedad le pertenece al pueblo, es decir, a San Martín Alchichica, y en la otra, se dio a conocer que los predios son de ciudadanos asiáticos, quienes alguna vez tuvieron una fábrica textil por esa zona.
Centro Coordinador de Operaciones Regionales (CECORE-05)
El antiguo Centro Coordinador de Operaciones Regionales (CECORE-05) situado en Izúcar de Matamoros, se encuentra sumido en el abandono. La fachada muestra señales de deterioro y en su interior las instalaciones están descuidadas.
Desde el año 2020 no hay actividad en el lugar y el personal ha sido removido a otras áreas. Inaugurado en el año 2000 por el entonces presidente municipal Juan Manuel Vega Rayet, este centro ahora está invadido por la vegetación y no cuenta con personal asignado para su mantenimiento. Una triste realidad para un lugar que una vez fue aperturado con “pompa y platillos”.
Esta dependencia ubicada sobre la carretera federal número160 Izúcar-Jantetelco, cerca del crucero Cuatro Caminos en Izúcar de Matamoros, en su interior hubo en su momento sala de capacitación o reunión, cocina, comedor y áreas de descanso para sus elementos operativos.
Casa de Cultura
La Casa de Cultura Josefina Esparza Soriano, fue fundada con ese nombre en el año de 1978, ya que este inmueble anteriormente fungió como nosocomio de 1749 a 1849; de 1850 a 1977 fue utilizado para usos múltiples, y no fue hasta 1978 donde se inician actividades como Casa de Cultura.
Actualmente este edificio histórico se encuentra deteriorado en su infraestructura y por ende ha sido abandonado en cuanto actividades culturales; cabe destacar que las instalaciones fueron restauradas en el año 2015, y al ser reparada volvió a fungir con las acciones que acostumbraba.
Pero en el año 2017, de nuevo volvió a sufrir un daño en su estructura, debido al sismo ocurrido en esa temporalidad, además del abandono cultural, el cual es un problema que siempre ha tenido este instituto. Es por ello, que hoy en día, la Casa de Cultura de Izúcar de Matamoros esta en abandono tanto en lo físico, como en lo cultural.
En este año 2023, después de la restauración del 2020 provocada por el sismo antes mencionado, el gobierno municipal se dio cuenta de que la infraestructura de dicha sede aún contaba con daños materiales, por lo que decidieron volver a activar la reconstrucción del área antes mencionada. Es por ello, que, en la actualidad, al estar en restauración no es posible ser utilizada. Aunque eso no quita que las actividades se puedan realizar en otro lugar.
Auditorio municipal
El Auditorio municipal, ubicado en calle Ayuntamiento del centro de la ciudad, en sus principios fue diseñado e inaugurado como un “Teatro”, precisamente en el año de 1970.
En el “Teatro Matamoros” como era conocido, se realizaban diversas actividades culturales como la ceremonia del Grito de Independencia, y quienes convocaban en ese entonces eran: el jefe Político, la Corporación Municipal o Ayuntamiento y el jefe de las Armas; actualmente este teatro ya no existe y en su lugar se encuentra el Auditorio municipal, y aún existen algunas fotografías de los eventos mencionados en dicho recinto.
Es necesario destacar que el alcalde Rubero Galileo Suárez Matias, ha sido el único que trajo coros de Croacia, Polonia, Venezuela y Colombia, a dicho lugar. Es por lo anterior que actualmente, ante la pérdida de talleres de música, danza, dibujo y pintura, pintura en cerámica y textil, bordado en listón, ballet clásico, danza polinesia y aeróbics, recientemente ha quedado en el olvido.
Unidad Deportiva
La Unidad Deportiva de Izúcar de Matamoros se ha convertido en un verdadero peligro para la salud de todos los ciudadanos que la utilizan. El intenso olor a fertilizantes que emana de la bodega destinada a almacenar productos contra el dengue es insoportable, y lo que es peor, tóxico. A pesar de que este problema lleva años afectando a la población, las autoridades locales hacen caso omiso y no han tomado ninguna medida para solucionarlo.
Según los vecinos, la bodega no está diseñada para guardar productos de esta naturaleza y su uso indebido está generando graves consecuencias para la salud de las personas. Desde maestros y alumnos hasta empleados y visitantes, todos los que acuden a la Unidad Deportiva están expuestos a estos gases nocivos. Es decir, el corazón del deporte y el lugar destinado para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, se ha convertido en un centro de intoxicación.
Este recinto deportivo, el cual se encuentra en las inmediaciones de la colonia Rancho Juanitos, está actualmente en el abandono, ya que como la mayoría de personas comentan, los baños están muy sucios, les falta mantenimiento a las canchas, pista de tartán y a los aparatos para hacer ejercicio.
Además, otros factores que dañan al inmueble y la salud de los habitantes son: el polvo de cal que llega de la fábrica situada a un costado de la unidad, también el humo de la basura que queman los vecinos y el mal olor de animales muertos que a veces la gente tira cerca del campo pequeño.
Corredor gastronómico “Tianguillo”
“El Tianguillo” en Izúcar de Matamoros, proyecto que recibió una inversión bipartita con el gobierno federal a través de la Sedatu en Puebla superior a los 6 millones de pesos, tras las recientes precipitaciones quedaron exhibidas las deficiencias del inmueble.
Fueron los propios comerciantes quienes denunciaron las insuficiencias y la mala calidad de las obras de remodelación y rehabilitación del Mercado de Sabores, conocido como el “Tianguillo”, obra que inició el ex alcalde, Carlos Gordillo Ramírez, en el mes de octubre del año 2013, y fue concluida a mediados del mes de febrero del 2014.
El Corredor gastronómico (Tianguillo), es el más importante de la región Mixteca, un lugar donde se puede consumir antojitos y comida típica de esta zona, como lo es el pozole, tostadas, tacos de todo tipo, tamales, atole, esquites, elotes, burritas, molotes, carne de chivo, gelatinas, etcétera.
En ese entonces, el propósito del proyecto de la administración que presidio Carlos Gordillo Ramírez, era el de fortalecer el desarrollo económico, cultural y turístico de este mercado de comida tradicional.
Aunque lo cierto es que estos alimentos se siguen vendiendo hasta nuestros días, pero luego de pasar por una remodelación en el año 2014, para contar con un corredor de alto nivel; es decir, la remodelación realizada, se optó por construir una segunda planta, la cual hasta el momento no es utilizada.
Es por ello que al día de hoy se considera un inmueble en el olvido, además de contar con ciertas imperfecciones que han sido evidenciadas año tras año en tiempos de lluvia. De acuerdo a comerciantes dueños de locales en la planta alta, 30 puestos han sido abandonados, ya que los vendedores aseguran que es un lugar nada estratégico y por ende, no se vende su producto.
Módulos de vigilancia
Las casetas de Seguridad pública ubicadas en Eje Poniente cerca de la escuela Celerino Cano y la del crucero de Epatlán por la escuela primaria Mariano Matamoros, están en el abandono. Solo sirven de hotel y sanitario para los indigentes. Reflejo del fracaso de la estrategia de Seguridad en el municipio izucarense.
Fue en el año 2021 cuando ambos módulos fueron restaurados en cuanto a infraestructura y lógica, luego de 10 años de no ser utilizados para la función que en un principio fue pensada.
Cabe mencionar que estos inmuebles fueron remodelados en año 2017, justo en el periodo del presidente de ese entonces, el doctor Manuel Madero González, en coordinación con el director de Seguridad Pública Cristóbal Omar, sub inspector comisionado de la Policía estatal.