** Con mañanitas, música y un minuto de aplausos, recordaron la trayectoria de don Eloy **
Elizabeth Soriano / Izúcar de Matamoros, Pue.
Con motivo al día de santa Cecilia, patrona de los músicos, en la localidad de San Nicolás Tolentino, perteneciente al municipio de Izúcar de Matamoros, realizaron un homenaje a don Eloy Ballinas Ayala, reconocido en la comunidad por su labor y amor por la música, y quien, a los 80 años, perdió una dura batalla contra el Covid-19.
Fue en su propia casa, junto a sus familiares, amigos y compañeros músicos, donde le rindieron un homenaje, festejando a su patrona santa Cecilia, como cuando él vivía; iniciaron con una misa en la capilla de la comunidad, y de ahí se dirigieron hacia su casa en procesión, portando una fotografía de don Eloy y a su lado los chínelos bailado, además de Las Mañanitas que no podían faltar, justo como él lo celebraba.
Asimismo, se realizó un evento musical en el que amenizó el grupo “Atraxión 45”, y una convivencia para quienes asistieron, además de recordar a don Eloy a través de un minuto de aplausos, quien cada año, con gran alegría y devoción, realizaba dicha celebración.
Una tradición que continúa con sus hijos y nietos
Don Eloy Ballinas empezó a celebrarle a santa Cecilia hace varios años, decía que siendo la patrona de los músicos debían agradecer tantas bendiciones y trabajo del año, por ello realizaba la fiesta en honor a la santa.
Sin embargo, este año don Eloy ya no pudo celebrarlo a causa de su fallecimiento por Covid, por lo que sus hijos y nietos decidieron continuar con esta tradición y realizar la fiesta en honor a la santa, pero al mismo tiempo recordándolo a él, siguiendo un legado de amor por la música y de fe hacia santa Cecilia.
Su amor por la música perduró hasta su último día
Según cuenta su nieta, Elizabeth Medina, don Eloy empezó con la inquietud de ser músico desde niño, sacaba tonos y ritmos con las hojas de los árboles y fue así como le nació el gusto por la música.
Conforme pasaba el tiempo aprendió a tocar instrumentos de viento y eso le permitió entrar a una banda de viento en San Nicolás Tolentino, enfrentándose a muchos retos que poco a poco fue superando, como el hecho de que, al ser de bajos recursos, no tenían ni para comprar instrumentos, por lo que realizaban actividades y cooperaciones para poder adquirirlos.
La forma en que agradecieron el apoyo a la gente que los ayudó a comprar sus instrumentos era tocando en el zócalo del pueblo, cuando había fiestas patronales, en jaripeos, procesiones y hasta velorios, siempre mostrando su amor por la música e inculcando a sus hijos y nietos el gusto por la misma.
Una de las pruebas más fuertes que le puso la vida a don Eloy fue una cirugía en la rodilla en 2008, la cual le impediría andar tocando con su banda; sin embargo, no se rindió y le pidió a su nieto que lo llevara en un triciclo, con el propósito de seguir tocando, aun cuando no pudiera caminar.
La desintegración de su banda de viento tampoco le impidió seguir mostrando su gusto por la música, pues al dejarla, él continuó en su triciclo y con una bocina llevando melodias para Los Chínelos que bailaban en la iglesia o en procesiones.
Su nieta cuenta que lloviera o tuviera que trabajar al día siguiente, no importaba, él continuaba con su labor de músico, mostrando que nada es un obstáculo al menos que tú lo digas.