**Durante la pandemia, además de las mermas económicas, enfrentaron contagios y pérdidas humanas**
Elizabeth Soriano-Fotos Mich López / Izúcar de Matamoros, Pue.
Solo hay dos formas de estar en el circo: una es ser espectador y la otra es ser uno de los artistas, presentar y ser parte del espectáculo que se muestra al levantar el telón; sin embargo, está la pregunta de qué pasa tras bambalinas, donde el arte se convierte en una jornada laboral, donde los artistas son una gran familia, y donde el circo se transforma en una pequeña comunidad.
En entrevista para Enlace Noticias, Fabián Verti, el payaso “Choqui” en el circo “Yarley”, compartió su experiencia de vivir dentro de uno, de visitar varios lugares, de sufrir en carne propia los estragos de la pandemia y la prohibición del uso de animales, situaciones que pusieron en riesgo la vida del circo; sin embargo, sobrevivió y hoy vuelven a abrir sus puertas.
Un circo que nació en Puebla
De acuerdo con la narración de Fabián Verti, la travesía del circo inicio desde sus abuelos, quienes lo empezaron a construir con sus hijos hace aproximadamente 35 años, incluidos sus papás; no obstante, cuando la familia empezó a crecer los ingresos eran insuficientes para todos, por lo que cada hermano decidió fundar su propia empresa, su propio circo.
A partir de ahí, hace casi 6 años, su papá Héctor Verti, creó su propio circo, el cual denominó “Yarley”, empezando con una nueva aventura a lado de sus hijos y de su esposa en la colonia Los Leones, en la capital poblana, una aventura a la cual poco a poco se le fueron sumando más integrantes, conforme los hijos empezaban a formar sus propias familias.
Fabián expuso que comenzar desde cero no fue nada fácil, iniciaron con las puras viviendas que como familia traían, y de ahí fueron adquiriendo lo demás poco a poco, la lona, las estructuras, creando los espectáculos para generar el ingreso y de ahí ir completando más equipo para sus shows.
“De hecho en los primeros shows sólo se pusieron las gradas y con unas lonas cubríamos alrededor; el espectáculo era al aire libre”, dijo.
Y poco a poco fueron levantando a “Yarley”, renovando sus shows y ofreciendo a cada persona de cada lugar un espacio sano de diversión, visitando diversos estados de la zona sur del país, entre ellos: Puebla, Oaxaca, Estado de México, Chiapas y Morelos.
Una pequeña comunidad en medio de una gran carpa
Ante las dudas y preguntas de muchos espectadores de cómo es la vida siendo parte de un circo, el payasito destacó que es como vivir en una pequeña comunidad, que celebran las festividades y tradiciones, que tienen acceso a la educación y a la salud.
“La vida del circo es como cualquier otra vida, donde todos conviven, hay escuela, hay fechas importantes y las celebramos”, destacó.
En el caso de las tradiciones y costumbres, abundó que tratan de seguirlas especialmente por los niños, pues son ellos quienes buscan celebrar las fiestas como personas comunes, sobre todo las religiosas.
Agregó que, en fechas como Día de Muertos o Navidad, las celebran como cualquiera, entre los hermanos se reparten las posaditas para que los niños no pierdan la tradición, celebran Año Nuevo y Navidad, o inclusive las fiestas propias de cada lugar al que llegan.
En el caso de la educación, cuentan con una escuela móvil, pues desde que eran niños, su papá buscó apoyo en el gobierno de Tamaulipas para que pudieran tener un maestro; a partir de ahí inició la escuela móvil en los circos.
Anteriormente el circo contaba un autobús que exclusivamente utilizaban como escuela móvil, pero debido a la pandemia y todo lo que atravesaron los del circo, las bajas de tener que estar vendiendo cosas para sostenerse, dejaron encargado el camión y cuando regresaron ya no lo encontraron.
“Debido a esta situación tuvimos que adaptar un espacio en unos de los tráileres para la escuela, y tenemos una maestra que les enseña a los niños”, expresó.
Del mismo modo, Fabián expuso que en el tema de la salud también han sabido sobrellevar la situación, sobre todo ahora con la emergencia sanitaria, donde tuvieron contagios y bajas en su familia.
Pero pese a todo, crearon sus propios protocolos: usan cubrebocas, gel antibacterial, se lavan las manos constantemente; el mismo procedimiento que usan ahora que abrieron sus puertas nuevamente. Además, evitan el contacto con las personas externas a ellos y hacen mucho ejercicio, porque al estar varados durante la pandemia, algunos subieron de peso.
Asimismo, indicó que cuando lo requieren acuden a las clínicas de los lugares donde llegan, donde han sido apoyados y son atendido cuando lo necesitan.
Un circo familiar
Una de las particularidades de los circos es la manera en que se va formando cada familia para después hacerse una sola.
En el caso de “Yarley Circus”, la travesía inició con los papás y sus 8 hijos; posteriormente la familia se fue haciendo más grande. Verti destacó que él y sus hermanos fueron conociendo a sus esposas en distintos puntos donde instalaban el circo.
Algunos se conocieron compartiendo experiencias en otros circos y otros más en la convivencia con las personas de los lugares que visitaban.
Un dato curioso que compartió Fabián con Enlace Noticias, es que todos los hermanos y miembros del “Yarley Circus” nacieron en distintas ciudades: por ejemplo, él es originario de Michoacán, dos de sus hermanos son del Estado de México, otro más de Monterrey y uno de Guadalajara; inclusive uno de sus sobrinos nació en nuestro municipio de Izúcar de Matamoros hace 15 años.
“Cada uno de nosotros nos registramos en las ciudades donde nacemos; próximamente nacerá otro integrante y al parecer, le tocará nacer aquí en Izúcar, entonces aquí lo vamos a registrar, como orgullo izucarense”, resaltó.
El dolor de perder a su papá y hermano en medio de la pandemia
Uno de los retos más grandes que ha enfrentado la humanidad es la pandemia provocada por el virus del Covid-19, por lo que el mundo de los circos tampoco fue la excepción, incluyendo “Yarley Circus”, quien no solo sufrió un golpe económico, sino la pérdida de dos integrantes importantes entre su comunidad.
Fabián consideró que esta emergencia ha sido el golpe más duro durante toda su carrera, primero porque los permisos para trabajar fueron negados rotundamente por las restricciones sanitarias de los gobiernos, por lo que tuvieron que buscar alternativas para sostenerse económicamente.
En la comunidad de Santa María Juxtlahuaca, en el estado de Oaxaca, donde se quedaron durante la pandemia, les permitieron vender sus productos que usualmente ofrecían durante sus funciones, como las palomitas, manzanas, bebidas, los algodones de azúcar, por mencionar algunos; esto les permitió sostenerse.
Asimismo, la pandemia despertó el sentido solidario de la ciudadanía, quienes les apoyaron con despensas y también de los demás circos, quienes recibieron apoyo de los gobiernos y con ello también los ayudaron con productos de la canasta básica para que sobrevivieran la emergencia.
Pero esto no fue la experiencia más dura que tuvieron, sino que sufrieron bajas en el circo, pues en el mes de abril de 2021 su papá Héctor y su hermano mayor perdieron la vida al contagiarse del virus y perder la batalla.
“Mi papá y mi hermano mayor se quedaron con la esperanza de volver a ver su circo trabajar, de volver a ver las luces encendidas, volver a llegar a otro nuevo destino, armar su casa de lona; pero por la pandemia y lo que pasó es que su sueño se terminó en ese momento”, manifestó con tristeza.
Precisó que no hubiera importado que estuvieran parados sin trabajar, pero al tener bajas fue un duro golpe, sobre todo y como lo describe, dos bajas muy grandes.
“Nos ven trabajando, nos ven sonriendo, pero no saben el dolor que todavía sentimos al haber perdido a dos personas muy importantes para nosotros; y salir, sonreír, actuar y trasmitir esa alegría, aunque por dentro estemos destrozados”, mencionó nostálgico.
Luego de la prohibición de usar animales, aún desconocen el paradero de los suyos
El 8 de julio del 2015 entró en vigor la Ley General de la Vida Silvestre, con el propósito de prohibir el uso de animales salvajes y exóticos dentro de los circos, con el objetivo de la conservación de las especies y los derechos de la vida silvestre, sin embargo, a casi 7 años de su aprobación las cosas no salieron como lo planearon, y se sigue desconociendo el paradero de miles de animales que fueron retirados de los circos.
Esta situación también fue confirmada por Fabián Verti, quien señaló que cuando se dio esta prohibición, ellos optaron por donar algunos de sus animales a un zoológico para que ahí los cuidaran y los preservaran.
Sin embargo, también llegaron supuestos funcionarios del Partido Verde, quienes les retiraron los animales restantes, con la promesa de que serían llevados a un santuario para ahí preservarlos, pero hasta la fecha ellos desconocen realmente donde están esos especímenes, pues nunca les dieron razón de donde serían colocados.
“Fueron parte muy fundamental de un circo, muchos decían que un circo sin animales no era circo, porque el show eran los animales”, recalcó.
En “Yarleys Circus”, sabían que el cuidado de los animales era fundamental para un buen espectáculo, por lo que siempre los procuraron, tanto en su alimentación, como en su entrenamiento; su entrenador siempre fue su papá y el domador era su hermano mayor, esto les permitió que no se registraran accidentes durante las funciones.
Cuidaban su salud al tener un veterinario las 24 horas, ponerles sus vacunas, desparasitarlos, buscar su alimento adecuado tanto para leones, como para tigres, caballos, ponis, changuitos, llamas, avestruces, y demás.
“El circo traía dos carpas y una era el zoológico total de ellos; nomás para alimentar a los leones eran 20 pollos diarios, al mes el circo tenía que comprar 324 pacas de alfalfa e incluso íbamos hasta la central y traíamos cajas de plátanos, naranjas para que todos estuvieran bien alimentados”, informó.
Aceptó que, pese a que ellos no basaban su show al 100 por ciento en el espectáculo de los animales, sí les afectó que los prohibieran, pues muchas personas alegaban que un circo sin animales no era circo.
Aún con todo y la crisis que dejó el quitar del show los animales, aseveró que no podían dejar de lado todo el espectáculo que ellos presentaban cada noche, como el globo de la muerte, los motociclistas, sus payasos; además de que actualmente están preparando uno de los actos que muy pocos circos tienen, que son los trapecistas aéreos, que vuelan con la red protectora, y que esperan estrenar en Izúcar de Matamoros.
Fabián y todos los miembros de “Yarley Circus” describen su estancia como estar de vacaciones todo el tiempo, porque a pesar de todas las dificultades y los retos, para ellos compartir la felicidad con las familias que visitan y sacarles una sonrisa es un don de Dios.
Por ello en cada lugar son vivencias diferentes, con sus retos y alegrías; por lo que superan los obstáculos y marcan una nueva ruta que los llevará a una nueva aventura.