* Desde el diagnóstico en mayo, Miriam ha enfrentado la enfermedad sin ningún tratamiento *
Elizabeth Soriano / Izúcar de Matamoros, Pue.
Octubre es considerado el mes rosa, en el cual se busca la sensibilización en la lucha contra el cáncer de mama, una enfermedad que ha ido en incremento y que en los últimos años ha afectado y ha sido causa de muerte en millones de mujeres alrededor del mundo, quienes día a día viven una constante batalla, no solo contra el cáncer, sino también contra un sistema de salud deficiente, que, aunado a la pandemia, no da una atención oportuna.
Muchas mujeres además se confrontan a una economía inestable que les dificulta mucho más tratar la enfermedad, como es el caso de Miriam Bravo Fierros de 57 años, originaria de Izúcar de Matamoros, quien fue diagnosticada con cáncer el pasado mes de mayo de este año, y hasta la fecha continúa en la etapa de estudios médicos, sin recibir una respuesta para su tratamiento.
Apenas el inicio de la batalla
La dura batalla que está enfrentando doña Miriam inició en el mes de mayo, cuando empezaba un negocio de venta de elotes, aunque anteriormente había vendido tacos. No había sentido nada hasta esa vez en que comenzó a sentir cierta molestia en su seno izquierdo.
Cuando llegó a su casa se revisó para ver qué estaba pensando, fue ahí cuando se percató de que tenía una especie de yagas en su mama; sin embargo, pensó que era por el vapor de los elotes y continuó con su venta sin atenderse.
Pasaron alrededor de tres semanas cuando empezó a presentar mucho dolor y fue ahí cuando decidió ir al doctor para revisarse, por lo que acudió al Cessa de Izúcar, donde tras la evaluación, el médico le dijo que sospechaba de cáncer de mama, por lo que de inmediato fue trasferida al Hospital de la Mujer en la Ciudad de Puebla.
Ahí le realizaron una biopsia que confirmó el diagnóstico, aunque aún con los estudios realizados, no le han dado a conocer el tipo de cáncer que sufre, ni la etapa en la que se encuentra, por lo tanto, tampoco ha recibido un tratamiento y los dolores son cada vez peores.
Doña Miriam relató que los malestares son cada vez más constantes y duraderos, pues ha pasado hasta una semana sin dormir a causa de las dolencias que sufre, las cuales sobrepasan su seno hasta llegar al brazo y al otro seno.
Por ello optó por irse a vivir con su hijo, para que alguien estuviera al pendiente y pudiera recibir el apoyo que necesitaba, tanto económico como moral.
Un Sistema de salud deficiente
El dolor no es el único obstáculo en esta dura batalla, pues el tratamiento deficiente por parte del sistema de salud incrementa los riesgos en las mujeres, al no recibir el tratamiento a tiempo y sin medicamentos en los hospitales.
Desde mayo que le fue detectado el cáncer, a doña Miriam solo ha recibido algunas pastillas, pero el médico que la atiende no le ha informado el tipo de cáncer de mama que sufre, la etapa en la que se encuentra y cuál será el proceso hacia su recuperación.
Cuando le empezaron a hacer estudios, en el nosocomio le dijeron que el personal estaba de vacaciones, por lo que tendría que hacerse sus estudios en un laboratorio particular, además de que, al tratar de surtir sus recetas, no había medicamentos, por lo que tuvo que comprarlos en farmacias externas.
Efraín Salas, oncólogo del Centro Médico de Occidente del Instituto Mexicano del Seguro Social, señaló que el reto en el país es la detección y diagnóstico temprano de la enfermedad; sin embargo, de los 422 equipos de mastografía disponibles, sólo sirven el 64%, lo que obstruye el camino hacia superar esta deficiencia.
De acuerdo con un artículo publicado en Reproductive Health Matters, los sistemas de seguridad social de México cubren alrededor de 40 a 45% de la población, y el tratamiento del cáncer de mama está incluido en el paquete de servicios disponible; por lo que los tiempos de espera constituyen un problema habitual y los medicamentos no se encuentran con frecuencia disponibles.
Una enfermedad nada barata
Mucho se ha visto que el tratamiento de un paciente con cáncer no es nada barato, sobre todo con la crisis económica que se vive con la pandemia y la falta de empleos dignos y bien pagados, además de un sistema de salud deficiente en donde los estudios médicos y medicamentos corren por cuenta del paciente.
En el caso de la señora Miriam, su hijo Juan Carlos no solo ha sido su apoyo emocional sino también el económico, pues él se ha encargado del medicamento faltante, los costos de sus estudios y el traslado hasta el hospital en la ciudad de Puebla.
Juan Carlos expuso que hace aproximadamente dos meses él y su esposa pidieron un préstamo de 25 mil pesos para empezar con el tratamiento de la señora Miriam, sin embargo, ese dinero se ha terminado, y con lo que ellos ganan con su trabajo no es suficiente para seguir cubriendo los gastos.
Aunado a eso, Juan Carlos tiene hijas y una casa que mantener, paga renta y demás servicios, y con lo que percibe a veces no le alcanza para pagar todo, por lo que, como muchas familias, han solicitado apoyo a la ciudadanía, para solventar el tratamiento de doña Miriam.
Ha abierto una cuenta y ha buscado a los medios de comunicación para difundir su caso, con la esperanza de que, una estancia de gobierno, un médico o una persona de la población se tiente el corazón y ayude en el tratamiento de doña Miriam, ya sea con dinero o inclusive atención médica.
Juan Carlos sabe que este largo y doloroso caminar es el comienzo, por ello se encuentra preocupado y ansioso de que su esfuerzo no sea suficiente y no pueda salvar a su mamá.
Salud mental frente al diagnóstico
El diagnóstico de una enfermedad como el cáncer de mama desencadena un impacto psicológico importante, no solo en las pacientes, sino también en su familia, pues tras la noticia experimentan sentimientos de ansiedad, incertidumbre o miedo; sin embargo, después, más allá de la noticia, llega la esperanza.
La señora Miriam, expuso para Enlace Noticias, que cuando le dieron el diagnóstico positivo de cáncer lo primero que se le vino a la mente fue que se iba a morir, así como le había pasado a su mamá y a su abuelita, quienes habían muerto de cáncer en el estómago y el páncreas, respectivamente.
Sin embargo, después sobresalieron sus ganas de vivir y seguir luchando por su familia, por lo que se grabó en su cabeza que pelearía con todas sus fuerzas para vencer este monstruo.
“Me dije a mí mismas: me voy a quitar esa idea de que me voy a morir; voy a vivir porque quiero ver a mis hijos, a mis nietos; tengo que aliviarme”, expresó con lágrimas en sus ojos.
Pero no solo ella ha sentido miedo e incertidumbre, pues su hijo y su familia, quienes la han acompañado desde el diagnóstico y que inclusive vive con ellos, les ha resultado un inicio difícil, más porque saben que esto solo es el comienzo.
Juan declaró que la situación es desgastante para él y su esposa, pues al ser los responsables de doña Miriam se la pasan pensando cómo le harán para sus gastos, además de que temen que se presenten complicaciones y las cosas salgan mal con la salud de su mamá.
“Tenía la esperanza de que no fuera cáncer porque había escuchado que esto del cáncer es fuerte económicamente, desgastante para la familia y enfermo; yo a veces siento impotencia de que tiene el dolor y no puedo ayudarla”, dijo con la voz entrecortada.
Aunado a esto, no tiene el apoyo de sus hermanos, por lo que solo él, su esposa y sus hijas se mantienen fuertes para apoyarla.
Doña Miriam, con la ayuda de una psicóloga, sabe y acepta su enfermedad, se mantiene fuerte mentalmente para luchar, porque comprende que el adaptarse a vivir con esta enfermedad exige de tiempo, paciencia y mucho apoyo.
La autoexploración, el camino para la detección temprana
En entrevista, la doctora Xóchitl Gamerra, coordinadora de Promoción a la Salud, el doctor Juan Manuel Cruz, del área de Salud Reproductiva, y la maestra Rosario Rojas, coordinadora de Salud reproductiva en la Jurisdicción Sanitara 07 con sede en Izúcar de Matamoros, declararon que es de vital importancia que las mujeres se informen sobre esta enfermedad y cómo se puede detectar de manera oportuna.
Por ello, se implementan acciones en el primer nivel de prevención, como enseñar y capacitar a las mujeres para que se realicen la autoexploración de mama, a partir de los 25 años y con mayor frecuencia en las mayores de 34.
La doctora Xóchitl destacó que una detección temprana lleva a un tratamiento más exitoso; por ello, la autoexploración debe realizarse, especialmente en mujeres con antecedentes de esta enfermedad o con comorbilidades.
Ante esto, la Secretaría de Salud Estatal, a través de la Jurisdicción Sanitaria, implementa campañas permanentes, que, aunque con la pandemia se han implementado con restricciones, buscan informar a la ciudadanía, e intervenir en donde amerita el caso, para transferir a las pacientes hasta la ciudad de Puebla en un Hospital más especializado.
Asimismo, declaran que el cáncer no es exclusivo de mujeres, pues también se han presentado casos en hombres, por lo que este mes de octubre se utiliza en especial para la concientización entre la población en general, de que esta enfermedad no tiene edad ni sexo y es una lucha de todos contra ella.