**Sin fuentes de empleo ni apoyo al campo, la Mixteca depende del dinero de los migrantes**
Nicolás Dávila / Izúcar de Matamoros, Pue.
Los Estados Unidos han entrado en una crisis económica producida, a nivel mundial, por la pandemia de coronavirus Covid-19; el primer signo de esta crisis es la pérdida de empleo de cerca de siete millones de trabajadores en el país del norte.
En esta situación, los más perjudicados son los migrantes, principalmente latinamericanos que trabajan de forma ilegal, no incluidos en las estadísticas de desempleo en Estados Unidos, que son los que sostienen en gran medida la economía de la Mixteca poblana.
De acuerdo con previsiones de economistas, los más conservadores consideran que los dólares que los migrantes envían a sus familias y a sus comunidades se reducirán en un 17 por ciento; otros, sin embargo, consideran que la reducción podría llegar hasta un 25 por ciento, toda vez que la crisis de desempleo en Estados Unidos sigue avanzando.
De este modo, las cifras alegres que se registraron para México a principio de este 2020, con remesas de dos mil 582 millones de dólares en el mes de enero, se empezarán a reducir a partir de este mes de abril, lo cual golpeará a las familias de muchas poblaciones del sur del estado de Puebla, cuya principal fuente de ingreso son las remesas que envían sus familiares que trabajan en ciudades como Nueva York, Chicago y Los Ángeles y que podrían ya estar sin trabajo.
Dependencia de dólares, el problema
El problema económico que se avecina en la región Mixteca es fruto de su dependencia de las remesas que envían los poblanos que migraron a los Estados Unidos.
Estos dólares han contribuido a incrementar los ingresos familiares, a elevar la calidad de vida de muchas familias e incluso a financiar fiestas religiosas y civiles; sin embargo, han acostumbrado a familias, gobiernos y autoridades eclesiásticas a depender mayoritariamente de esos dólares y se ha descuidado el desarrollo económico de la región.
La Mixteca carece de fuentes de empleo; son contadas las empresas instaladas en la región; se carece de agroindustrias y no hay organizaciones gubernamentales o sociales que apoyen verdaderamente a los campesinos.
A esto se añade la falta de una cultura del ahorro; lo que provoca que las remesas se inviertan lo mismo en construir o arreglar viviendas que en hacer grandes fiestas de bautizo, quince años, bodas y cumpleaños; pero no invertir en pequeñas o medianas empresas que hagan crecer los capitales que envían los migrantes.
Por esto, el golpe de reducción de remesas que, además puede ser acompañado del retorno de muchos paisanos desempleados a sus comunidades, provocará una crisis económica que, según las estimaciones del Banco Bilbao Vizcaya América (BBVA) podrá superarse en cuatro o hasta seis años.
Los problemas que vienen
La reducción en el flujo de dólares hacia la Mixteca poblana, dadas las causas ya señaladas: falta de empleo y apoyo al campo y falta de una cultura del ahorro y la inversión, reducirá el ingreso familiar y podría ser una de las causas del incremento de la delincuencia.
La Mixteca no es un territorio aislado del país o del mundo. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha advertido que la crisis económica desatada por el coronavirus, podría bajar el Producto Interno Bruto de los países del continente, de modo que la economía de todos los países, incluyendo México, será de -1.8 por ciento.
Esto significa menos dinero en las manos de las personas y mayores precios en los productos básicos, lo cual significa un golpe para todas las familias del país y de la región Mixteca, a lo que se añadirá el desempleo por la quiebra de muchos pequeños negocios y los despidos en varias empresas.
Ya muchas empresas, donde trabajan personas originarias de la Mixteca han empezado a despedir trabajadores. A la fecha, cuando México vive la fase 2 de la pandemia por coronavirus, los despidos en el país llegan ya a 2 mil 200 trabajadores, tan solo en la segunda quincena de marzo.
Esta crisis económica que ya ha iniciado, como fruto de la crisis mundial, podría llevar a muchos jóvenes y jefes de familia, como fruto de la pobreza, a engrosar las filas de la delincuencia, sobre todo porque la geografía y el aislamiento de muchas comunidades han sido aprovechadas por el crimen organizado para la producción de estupefacientes. Hace unos meses fue desmantelado un laboratorio de droga sintética al sur de Tehuitzingo y no es el único que existe en la región.
Si se toma en cuenta que en 2019 aumentaron en Puebla los delitos en un 25 por ciento, se puede prever que, como consecuencia del desempleo, la caída de la economía y la disminución de remesas, en la Mixteca y otras partes del estado de Puebla la delincuencia pueda tener un repunte preocupante.
Tiempos de cambio
De acuerdo con la opinión de algunos economistas y la experiencia en otras regiones del país, esta crisis provocada por la caída mundial de la economía y la disminución del envío de remesas hacia el sur del estado de Puebla, puede enfrentarse con éxito.
Enfrentarla requiere, en primer lugar, de un cambio de conducta en los habitantes de la región; asumir una cultura de ahorro para no despilfarrar los dólares producto de las remesas de migrantes en fiestas y vicios, invertir en pequeños negocios que hagan producir los pocos dólares enviados desde el exterior.
En el Istmo de Tehuantepec, en los años 70 del siglo pasado se organizó a los campesinos en pequeñas cooperativas que lograron pasar por encima de los intermediarios para obtener mejores precios a sus cosechas, acciones que fueron encabezadas por el obispo de esa región y sus clérigos.
Superar la crisis, exige que las familias dependan menos de las remesas y más de su propio trabajo, que las autoridades no esperen los donativos de los migrantes para la obra pública y sí administren con honestidad los recursos públicos y que profesores y ministros de culto enseñen a las nuevas generaciones a ser solidarios y productivos.