Elizabeth Soriano / Huaquechula, Pue.
Huaquechula es un municipio que se caracteriza porque año tras año las familias reciben a sus fieles difuntos fallecidos durante el año, con altares monumentales de entre 3 y 5 metros; sin embargo, en 2020 la tradición se vio interrumpida por la pandemia del Covid-19, pero este año nuevamente regresó la visita a estos altares.
El recuerdo de los que se adelantaron
El Día de Muertos en sin duda una de las celebraciones más importantes del año para los mexicanos; en el caso de Huaquechula, las ofrendas monumentales son muestra de ello, pues las familias con fe y alegría esperan a sus seres queridos, colocando varios objetos representativos e importantes para el fallecido.
La señora Mónica Confesor Modesto, habitante de la comunidad, colocó una ofrenda a su hermano Armando Tlahuapan Confesor el día 28 de octubre, día en que se conmemora a los que fallecieron de manera trágica o repentina.
Con su altar, recordó los gustos que caracterizaron a su hermano, como cerveza, refresco, mole, fruta, chocolate, semillas y yogurt; recibiéndolo en la puerta de su casa con flores y sahumerio para guiarlo hasta su ofrenda.
Para ella es importante mantener estas tradiciones, pues representa a las familias y sus antepasados, además de que con alegría conviven con su familiar por lo menos un día al año.
Ofrendas monumentales en Tlapanalá
Pese a que las ofrendas de Huaquechula tienen reconocimiento como Patrimonio Cultural del estado de Puebla y son más visitadas, en el municipio de Tlapanalá también se realizan altares monumentales, con la particularidad de colocarlos con temáticas específicas, acerca de lo que se dedicaba el difunto o algún gusto en especial.
Guadalupe García Jiménez perdió a su padre en un accidente automovilístico, por lo que lo esperaron con su ofrenda el 28 de octubre. En entrevista para Enlace Noticias, compartió que fueron por el alma de su papá hasta el panteón desde las 12 del día con flor para el camino y sahumerio, guiándolo hasta donde estaba su ofrenda.
Ahí lo recordaron colocando su comida favorita, mucha fruta, así como a él le gustaba, hojaldras, bebidas y demás; también pusieron los objetos que más utilizaba en la vida diaria, como una silla, una maqueta que representaba su oficio de albañil y la camioneta donde todos los días se transportaba hasta su trabajo, misma donde perdió la vida.
García Jiménez destacó que colocaron angelitos llorones, representando el dolor que les causó su partida a todos sus hijos, y muchos ángeles en los alrededores de la ofrenda, simbolizando a todos aquellos que mostraron su apoyo a su familia en los momentos difíciles y a los cuales les agradece.
Doña Francisca Morales también colocó una ofrenda monumental para su cuñado Roque Monje, quien partió de este mundo en enero de este año a causa de un accidente.
Ella lo recordó también con sus deleites más placenteros de cuando vivía, especialmente su gusto por comer tacos e ir al parque a sentarse.
Comentó que su ofrenda es más sencilla que otras, pero que lo importante para ella es que se mantengan las tradiciones, pues mientras ella viva perdurarán.
Lamenta pensar que cuando ya no esté, no habrá quien la recuerde, pues sus hijos viven en Estados Unidos como indocumentados y no llegan para estas fiestas; y sus nietos que la visitan, no le toman la misma importancia.
Por ello, exhorta a los ciudadanos a fomentar estas tradiciones y costumbres entre los mas pequeños, pues es la identidad y la esencia de un pueblo milenario como Tlapanalá.