Erika Martínez / Izúcar de Matamoros, Pue.
El Acueducto de Matlala fue una arquitectura que representaba el legado histórico de un pueblo, y tras su colapso por el sismo del 19 de septiembre del 2017, únicamente queda su esplender en la obra del pintor italiano Eugenio Landesio y en algunas fotografías que capturaron su belleza.
El acueducto colapsó
El Acueducto de Matlala lo construyó el arquitecto español Lorenzo Martínez de la Hidalga en el siglo XVI, cuando era dueño de las haciendas de Matlala y Colón, y pese a que resistió varios sismos, ya no aguantó el movimiento telúrico que se registró el 19 de septiembre del 2017 y terminó en polvo y escombros.
Esta obra arquitectónica era muy parecida al diseño del Pont du Gard (Puente de Gard) construido en el sur de Francia por el Imperio Romano; estaba rodeada por la flora de tres municipios del Valle de Atlixco, porque se encontraba entre límites de Tlapanalá, Huaquechula y San Felipe Tepemaxalco.
Debido a la relación que tenía el arquitecto Lorenzo Martínez de la Hidalga con pintores, como Eugenio Landesio, éste decidió perpetuar el acueducto en una pintura conocida a nivel nacional e internacional.
De acuerdo con información del Museo Amparo, la pintura del acueducto contenía los retratos de su propietario, el arquitecto Lorenzo Martínez de la Hidalga, acompañado por su familia.
La descripción de la obra dice: “Vista de la arquería de la hacienda. Sobre este celebrado acueducto pasa un río de agua dulce; por el claro de uno de los arcos se ve el rancho de Contla, al que hace fondo el Popocatépetl; el río que serpea por lo más bajo está sembrado en su orilla izquierda de grandes y frondosos árboles; a la derecha y, en primer término, se ve al autor tomando el apunte de la vista y a la familia del dueño de la finca”.
Trascendencia en la agricultura
Desde la época prehispánica fue necesaria la construcción de los acueductos, para mantener a la población de las grandes ciudades y los campos, debido a la prolongada época de sequía en muchas zonas. Aparentemente en el inicio, los españoles utilizaron las obras existentes, pero muy pronto introdujeron innovaciones, por ello desde el siglo XVI se construyeron más, para trasladar el vital líquido a las haciendas.
El agua se conducía a través de acueductos, que frecuentemente terminaban junto al cuarto de molienda para accionar el molino. Estos acueductos llegaban a medir muchos kilómetros y representaban un alto porcentaje del valor total de la propiedad.
El Acueducto de Matlala seguía funcionando como distribuidor de agua a los campos de cultivo; pero luego de que colapsó, los habitantes se vieron afectados ya que no podían suministrar el vital líquido a sus campos, y hacerlo de requería un gran costo.
En el trabajo desarrollado por Antonio de las Casas Gómez e Isabel García García, titulado “Acueductos en las Haciendas de México”, describen textualmente lo siguiente: “Hay algunos acueductos con soluciones de gran originalidad como el de la Hacienda de San Lucas de Matlala”.
Potencial turístico
El equipo de Enlace Noticias acompañado del ahora secretario de Educación Pública en Puebla, Melitón Lozano Pérez, visitó el emblemático acueducto antes de que se destruyera y se logró apreciar la composición arquitectónica; precisó que este acueducto se hizo famoso por la pintura del italiano Eugenio Landesio, quien llegó a México a ser maestro de la escuela de San Carlos y fue uno de los impulsores del paisajismo.
Lozano Pérez detalló que no sólo se trataba de una mole de piedra y cemento, sino una construcción que estaba hecha a base de arcos y tenía una estética muy especial que se podía comparar con otros acueductos, como los de Querétaro.
Esta obra arquitectónica ahora solo se podrá observar en el óleo de Eugenio Landesio y en fotografías que lograron captarla, ya que rehacer la obra de De la Hidalga, sería como tratar de pintar hoy la que Eugenio Landesio realizó en 1857: “Vista de la hacienda de Matlala”.