Ciro De Gante / Huehuetlán el Chico, Pue.
*Existe un museo en Ayoxuxtla, municipio de Huehuetlán el Chico, donde se firmó el Plan de Ayala, mismo que a decir de los pobladores del lugar, es visitado solamente cada aniversario luctuoso y de la firma del Plan de Ayala
El próximo lunes 10 de abril, se conmemorará un aniversario luctuoso más de la muerte del General Emiliano Zapata, quien nació en Anenecuilco, Morelos, el 8 de agosto de 1879 y que cobró importancia en gran parte del país por ser uno de los héroes de la Revolución Mexicana, así como por haber proclamado el Plan de Ayala el 28 de noviembre de 1911, en Ayoxuxtla de Zapata, municipio de Huehuetlán el Chico.
Recientemente y después de varios años de mantenerse casi en el olvido, la autoridad comunal de Ayoxuxtla, anunció que lucha porque se rehabilite el museo que se encuentra ubicado en este lugar. En tanto que los pobladores comentaron que a lo largo de la historia, muchos personajes de las altas esferas de la política se dejan ver en días importantes, como el 10 de abril o el 28 de noviembre, o durante campañas electorales.
También se recuerda como la comunidad fue visitada en dos ocasiones por los presidentes José López Portillo, quien le dio el apellido del Caudillo del Sur a la comunidad y Ernesto Zedillo, en la conmemoración del 78 aniversario luctuoso del general.
Asimismo y de acuerdo con Inocencio Aragón Vergara, presidente auxiliar de Ayoxuxtla de Zapata, se pretende construir un anexo al frente del museo y rehabilitar el cuarto que hoy alberga algunos objetos utilizados durante la Firma del Plan de Ayala y fotos con historia del museo, además de que al exterior se localiza la casita de palma que existe desde que se realizó la firma y que hoy se encuentra a la merced de las condiciones climáticas.
Se recuerda como ahora las calles se encuentran empedradas, se mejoraron algunas viviendas, se hizo el zócalo y la clínica, así como algunas otras obras importantes, gracias a la visita de ex presidentes de la República y de gobernadores, pero de ahí en fuera, Ayoxuxtla es una comunidad visitada solamente en las fechas importantes, donde los políticos se aglutinan en torno al museo y a la estatua en honor al Caudillo del Sur.
Los gobernadores que han estado aquí en el tiempo de su mandato han sido, Alfredo Toxqui Fernández de Lara, Guillermo Jiménez Morales, Manuel Barttlet Díaz, Melquiades Morales Flores, Mario Marín y en la conmemoración de los cien años de la firma del Plan de Ayala, los tres poderes del estado se trasladaron a sesionar a Ayoxuxtla de Zapata, con la presencia del gobernador Rafael Moreno Valle, única vez que visitó la comunidad, día en que develaron el monumento al Caudillo del Sur que luce en la plaza cívica de la comunidad.
López Obrador presente
en Ayoxuxtla
También, en abril del 2016, el líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), estuvo en la comunidad de Ayoxuxtla de Zapata y firmó como visitante distinguido el libro de asistencia. Así es Ayoxuxtla de Zapata y la gran presencia del General Emiliano Zapata en esta parte del sur del estado de Puebla, donde en el museo se exhibe la historia del Caudillo del Sur.
En ella se dice que Emiliano Zapata Salazar, descendiente de una familia de antiguos comuneros, nació el 8 de agosto de 1879 en Anenecuilco, Morelos, quien se caracterizó por la defensa irreductible de sus tierras y derechos comunales. Al estallar la Revolución de 1910, Emiliano Zapata se lanzó al combate bajo las órdenes de Pablo Burgos, y en marzo de 1911 ya era el jefe reconocido por todos los maderistas de Morelos.
Después del ascenso de Francisco I. Madero a la Presidencia, Zapata se negó a desarmar a sus hombres hasta que el gobierno devolviera a los pueblos las tierras usurpadas por las haciendas. Madero y Zapata no llegaron a ningún acuerdo, lo que provocó que los zapatistas fueran atacados por las tropas federales y se dirigieran hacia las montañas.
El 29 de noviembre de 1911 el jefe sureño proclamó el Plan de Ayala, en la comunidad de Ayoxuxtla, Puebla, que más tarde llevaría el nombre de Ayoxuxtla de Zapata en su honor. En ese plan desconocía al gobierno de Madero y exigía la devolución de las tierras a los pueblos y la dotación de los ejidos a las poblaciones que no los tuvieran. Este plan se convirtió en la bandera del agrarismo mexicano.
El Ejército Libertador del Sur, con Zapata a la cabeza, combatió sucesivamente a los gobiernos de Madero y Victoriano Huerta, y logró apoderarse, para mediados de 1914, de todo el estado de Morelos, así como de zonas aledañas, pertenecientes a los estados vecinos, coadyuvando así al derrocamiento del gobierno ilegítimo de Huerta, sin aceptar la jefatura ofrecida por Venustiano Carranza y sin coordinarse con los constitucionalistas.
Una vez dominada la región, los zapatistas aplicaron en 1914 y 1915 las ideas expuestas en el Plan de Ayala; se restablecieron a los pueblos y comunidades las tierras de las haciendas, respetando la autonomía de los poblados y dirigiendo la producción de las haciendas restantes.
Durante la Convención de Aguascalientes, reunida en octubre de 1914, luego de la caída de Huerta, los representantes zapatistas se aliaron a los enviados de la División del Norte, comandada por Francisco Villa, discrepando en las discusiones con los carrancistas.
A las diferencias políticas e ideológicas siguió el enfrentamiento armado y la etapa conocida como Lucha de Facciones. Sin embargo, al no establecerse una alianza unificada entre zapatistas y villistas, ambos fueron vencidos por las fuerzas comandadas por Venustiano Carranza.
Las tropas de Zapata fueron derrotadas en las batallas de Apizaco y Puebla y desalojadas de la Ciudad de México, por lo que se dirigieron al estado de Morelos, donde, después de ser atacadas por los carrancistas al mando del general Pablo González, se refugiaron en las montañas.
Los zapatistas combatieron incansablemente a Carranza, en una guerra sin cuartel en la que en ocasiones eran reducidos a pequeñas partidas guerrilleras que operaban en la zona montañosa, para recuperar posteriormente el control de todo el estado de Morelos y amagar incluso la capital de la República.
Esta guerra incesante se prolongó por varios años, sin mostrar indicios de solución. Los jefes militares carrancistas comprendieron finalmente que era imposible vencer por la vía de las armas la resistencia de los campesinos de Morelos, por lo que el general Pablo González decidió eliminar a Zapata tendiéndole una celada.
El plan de González consistía en que el coronel Jesús Guajardo, uno de sus subordinados, fingiera enemistarse con él y simulara querer unirse al zapatismo. Guajardo le escribió a Zapata solicitándole una entrevista; antes de aceptarla, el caudillo suriano le ordenó que tomase Jonacatepec, población que se encontraba en manos de un grupo de antiguos zapatistas que habían desertado para unirse al carrancismo, y que los fusilara. Guajardo simuló cumplir con la encomienda, y con ello logró que se le concediera la entrevista.
Tras una reunión previa, el 9 de abril, Zapata ofreció visitar a Guajardo al día siguiente en su cuartel, la hacienda de Chinameca, con objeto de establecer las condiciones para que éste se incorporara a sus fuerzas. El 10 de abril de 1919, Emiliano Zapata, acompañado por una escolta de diez hombres, marchó hacia la hacienda ocupada por Guajardo.
En ese lugar se había formado una guardia para rendirle honores al jefe del Ejército Libertador del Sur y, cuando éste se aproximó, el clarín tocó tres veces llamada de honor, al apagarse la última nota, en forma sorpresiva, los soldados dispararon sus fusiles a quemarropa sobre Zapata.