-El primer país en comprarles fue Munich, Alemania – Su legado se encuentra en exposiciones internacionales
Michelle López / Izúcar de Matamoros, Pue.
Izúcar de Matamoros es un municipio con concentración histórica y cultural muy importante a nivel nacional; alberga sucesos de relevancia en la conquista, independencia y revolución mexicana; sin embargo, para ser parte de ella, su población debe conocer sus riquezas. Una de esas, es la elaboración de los Árboles de la Vida, artesanía compuesta por barro policromado; el cual es moldeado, horneado y decorado con pinturas acrílicas.
El barro policromado es patrimonio cultural del Estado de Puebla desde 1998 y se ha reconocido a nivel internacional por su significado étnico. Esta herencia sobresale en las familias alfareras izucarenses, particularmente en la familia Castillo; de la cual se comprenden distintos artistas reconocidos, entre ellos, el famoso Alfonso Castillo Orta; distinguido por sus trabajos de alfarería y quien fue pionero en revolucionar los métodos y creaciones del árbol de la vida.
En entrevista con uno de los cinco hijos de Orta, el artesano Alfonso Castillo Hernández, nos explicó que esta tradición de crear árboles de la vida tiene más de 350 años de trayectoria, y que comparte orígenes prehispánicos fusionados con elementos españoles, los cuales se unieron al momento de la conquista. Puesto que, grupos toltecas (800 a 1168 d.C) habitaban la zona que ahora es Izúcar, estos moradores realizaban ofrendas en forma de árbol al momento de los rituales de casamiento, en muestra de sus buenos deseos.
A su vez, decadas despúes esta costumbre fue vista por los españoles, quienes tenían características similares con el árbol de Adán y Eva; de esta manera surge el actual y tradicional Árbol de la Vida, el que representa a estos dos personajes bíblicos de la religión católica contando la historia de la vida y unión. Cabe mencionar, que se ha disputado con distintos estados de México, por determinar qué entidad comenzó esta tradición; expertos en esta rama e historiadores comparten que el epicentro del árbol de la vida es Izúcar de Matamoros.
“Es necesario difundir y dignificar este arte, hacerlo parte de nuestra identidad”, fue una de las frases que resaltó Castillo Hernández, y son palabras que él y su familia han materializado, puesto que sus creaciones se encuentran en museos importantes de México; y Latinoamérica, como lo es el Fomento Cultural Banamex y el Museo de Arte Popular de México, además se encuentran en tallas internacionales en el Museo de Arte Mexicano de Chicago, colecciones en San Francisco, San Antonio y Austin, Texas; países como Brasil, España, Australia y Alemania; este último es reconocido por su familia, ya que, habitantes de Múnich, Alemania, fueron los primeros compradores internacionales en interesarse por el trabajo de su familia.
El taller de la Familia Castillo se encuentra en el Callejón del Partidor, dentro del Barrio de San Martín Huaquechula, en Izúcar de Matamoros y es un auge constante de arte popular mexicano; no sólo se dedican a la evolución de árboles de la vida, también crean otras piezas de barro policromado. Entre sus trabajos destacados están las famosas “Fridas”, en honor a la artista Frida Kahlo, quien hace algunas décadas asistió de manera personal a su taller y compró una de sus piezas, la cual se encuentra en el Museo de Frida en Ciudad de México.
Pero sus logros son tan vigentes como este impreso; el próximo 15 de septiembre participará la pareja Castillo Merino en la Rivera Maya, en la Feria Xcaret de Arte Popular Mexicano, que se desarrollara del 19 al 22 de septiembre. Hasta el cierre de esta edición, los artistas tienen elaborado un aproximado de 50 piezas de barro policromado.
El legado Castillo ha sobresalido por cinco generaciones y continuará conforme al tiempo, ahora también con los descendientes de Alfonso Castillo Hernández y su esposa, Elizabeth Merino Moreno; Alfonso, Ixtla y Karla Castillo Merino quienes comienzan abrirse las puertas al mundo, hermanos unidos por su pasión al arte, cada uno posee habilidades únicas y están constantemente en preparación.
Por su parte, Alfonso Castillo Merino, egresado de Artes Plásticas en Bellas Artes de Oaxaca, ha participado en “Fiesta Latina” en Nuevo México, así como en eventos de maestros artesanos en México y otras ciudades; la búsqueda de Merino es continuar extendiendo el legado propio y familiar, así como propiciar mayores oportunidades en esta disciplina.