Abraham Onofre / Chietla, Puebla
En una entrevista exclusiva, Galdino Alvarado Rodríguez, experto en la industria azucarera y parte del equipo operativo del ingenio de Atencingo, destacó una importante medida implementada para mejorar el rendimiento del KARBE (Kilogramos de Azúcar por Barril de Extractor) en la zafra 2024. El cambio en el horario de la quema de caña promete un impacto significativo en la calidad de la materia prima procesada.
Alvarado explicó que la principal novedad de esta temporada es la modificación en el horario de quema, que ahora se realiza a primera hora de la mañana, entre las 4 y 5 am, el mismo día en que se corta la caña. «Antes, la quema se realizaba un día antes, pero esta nueva práctica permite reducir el tiempo transcurrido entre la quema y la industrialización, lo que se traduce en una mejora en la frescura de la caña», señaló el especialista.
La frescura de la caña es un factor crucial en el proceso de industrialización, ya que hace referencia al tiempo que transcurre desde la quema hasta la transformación de la caña en azúcar. «La caña es un ser vivo. Cuando la quemamos, la matamos. Y, al hacerlo, debemos procesarla en un plazo máximo de 24 horas para evitar la descomposición de sus jugos», explicó Alvarado. Si este tiempo se excede, los azúcares de la caña comienzan a deteriorarse, lo que dificulta su cristalización y, en lugar de producir azúcar, genera miel que no es útil para el productor.
La mejora en la frescura de la caña se refleja directamente en los resultados del proceso. En la zafra anterior, el promedio de frescura fue de 27 horas, pero con la implementación del nuevo horario de quema, se espera reducir ese tiempo a entre 24 y 25 horas, lo que representa un avance considerable en la calidad de la caña procesada.
Alvarado también dirigió un mensaje a los productores, reconociendo las buenas condiciones de los cultivos, pero enfatizando que, además de estos factores, la eficiencia en el manejo operativo durante la zafra es clave para garantizar mejores resultados. «Es fundamental que los productores sigan las indicaciones operativas para que podamos lograr los mejores rendimientos y asegurar que su esfuerzo se vea reflejado en los resultados de la industrialización», concluyó.
Con esta mejora operativa, se espera que el ingenio de Atencingo logre un rendimiento óptimo, beneficiando tanto a los productores de caña como al proceso de industrialización, con la proyección de una mayor calidad en los productos finales y una mejor rentabilidad para todos los involucrados en la cadena productiva.