Juan Rubio-Fotos: Josué Escudero / Chietla, Pue.
El cultivo de la caña de azúcar ha beneficiado al país desde la época novohispana y ha producido bienes a manos llenas a colonizadores, hacendados, políticos, líderes, obreros y campesinos; la zona sur del estado de Puebla cuenta con una vasta extensión de cultivos de la vara dulce, los cuales son procesados en uno de los tres ingenios más grandes y modernos a nivel nacional: el Ingenio de Atencingo.
Historia de este Ingenio
El Ingenio de Atencingo está ubicado en el municipio de Chietla, en el sur de la entidad Poblana; tuvo sus orígenes en el año de 1921, después de terminada la Revolución Mexicana, y para 1956, fue vendido a Williams Jenkins, quien contrató a personal calificado para manejar la planta y realizar la zafra.
En 1966, Jenkins decidió vender este ingenio azucarero al empresario Lorenzo Cue, quien estuvo a cargo por unos años más; aunque en 1991 pasó a manos de Azúcar S.A; en 2001 fue propiedad de la empresa privada CAZE, y finalmente, en 2015, fue expropiado por el Gobierno Federal a través del Fondo de Empresas Expropiadas del Sector Azucarero (FEESA), como utilidad pública a favor de la nación.
Cabe señalar que, en el año 2001, la empresa decidió contratar grandes máquinas robotizadas, para agilizar el proceso de envasar más de 25 mil paquetes de 50 kilogramos de azúcar al día, con un costo de 810 pesos cada uno.
México es uno de los 10 países más importantes en la producción y consumo de azúcar a nivel mundial, con más de 50 ingenios establecidos en 15 estados de la República, de los cuales, el Ingenio de Atencingo fue catalogado como el segundo de los mejores en rendimiento en campo.
Una mega logística para conseguir el oro blanco
El Ingenio recibe su materia prima de 8 mil 132 productores cañeros, de los cuales, 57 por ciento están afiliados a alguna asociación cañera y el resto trabaja de manera independiente; siembran aproximadamente 17 mil hectáreas distribuidas en 12 municipios de Puebla y 3 de Morelos.
En el caso del estado de Puebla, son 12 las demarcaciones las que abastecen al Ingenio de Atencingo:
Atzala, Chietla, Chiautla de Tapia, San Juan Epatlán, Huaquechula, Huehuetlán el Chico, Izúcar de Matamoros, San Martín Totoltepec, Tepeojuma, Tilapa, Tlapanalá y Xochiltepec; y 3 municipios del estado de Morelos: Axochiapan, Jonacatepec y Tepalcingo.
Se estima que al menos 75 mil personas radicadas en esta región, dependen directamente de los ingresos que genera la producción de caña de azúcar, contando a 2 mil 157 cortadores de caña, unos 376 fleteros y cerca de 70 operadores de tractor.
También, hay aproximadamente 95 operadores de alzadora, así como 90 capitanes, 40 cabos, 96 tlacualeros y 40 guarda cortes. Además, el Ingenio de Atencingo genera 185 empleos para personas no sindicalizadas, 900 más para obreros y 800 trabajadores eventuales, los cuales, tienen a su cargo a familias enteras.
Además, se considera que cerca de 150 mil individuos dependen indirectamente de los ingresos que genera esta fábrica de azúcar, pues los trabajadores consumen diversos servicios y productos que ofrecen otras familias de la región, tales como tiendas de abarrotes, comida, ropa, calzado y demás.
Pérdidas económicas causadas por las plagas
A pesar de que los productores de caña son los mejores en rendimiento en campo, toda esta mega logística puede ser estropeada por los que pudieran parecer dos simples insectos: el gusano barrenador y el escarabajo conocido como “picudo”, los cuales, son los causantes de que en cada zafra se pierdan 140 millones 699 mil pesos en el Ingenio de Atencingo.
Tomando en cuenta que la zona de abasto de la fábrica azucarera integra 17 mil 858 hectáreas de la vara dulce, producidas por 8 mil 132 productores cañeros, cada uno de ellos sembraría aproximadamente 2.15 hectáreas.
Además de que estas plagas provocan una merma de 7 toneladas por hectárea, significaría que cada uno de los productores perdería cerca de 17 mil pesos por zafra, pues representa una disminución de mil 125 pesos por cada tonelada que no lograron vender al Ingenio.
Afortunadamente, han empleado nuevas técnicas, tanto biológicas como químicas, para acabar con estas plagas, para que así generen más ingresos para sus familias y continúen como los mejores a nivel nacional de producción en campo.
El sobrante de la caña de azúcar como combustible
En los últimos años, la tecnología ha permitido que los autos de combustión cada vez tengan un mejor consumo, en comparación con décadas anteriores; sin embargo, pocos saben que hay otro recurso a la mano: el etanol, que no sólo puede beneficiar el desempeño de los autos, sino también, en una mejor calidad del aire.
El etanol es un compuesto químico oxigenante proveniente de la caña de azúcar. Este alcohol mejora la combustión en los vehículos motorizados, y su uso en las mezclas de gasolina ha sido beneficioso en muchas partes del mundo.
Para que México se incorpore a la modernidad, es necesario que participe a favor del cambio climático, siendo el etanol un compuesto probado para este fin, el cual podría conseguirse gracias al sobrante del proceso para la elaboración de azúcar en el Ingenio de Atencingo, y en el resto de las fábricas azucareras a nivel nacional.