Juan Rubio / Chietla, Pue.
En el corazón de la producción cañera de México, la zafra del 2024 se presenta con un matiz de esperanza y desafíos. José de Jesús Rodríguez Carrillo, Gerente General de «Industrial Azucarera», compartió la situación actual de la industria cañera en esta región, marcada por una sequía extrema en los meses de abril y mayo, que afectó gravemente el rendimiento de las parcelas.
“La reciente lluvia nos ayuda un poco, no como quisiéramos”, señaló Rodríguez Carrillo, refiriéndose a los esfuerzos por recuperarse de las adversidades climáticas. La sequía no solo secó las cañas, sino que también amenazó la continuidad de la producción. Sin embargo, la llegada de las lluvias a mediados de junio y julio, ha traído un respiro a los productores.
El proceso de la zafra comienza mucho antes de la recolección. Según Rodríguez Carrillo, “el productor tiene que ir cultivando, con riesgos, fertilizaciones, actualizaciones y cuidado de la cepa”. Este año, la programación de siembra se realizó con cautela, postergando actividades en abril y mayo, debido a la falta de agua. “Ahorita estamos en periodo de siembra por las lluvias que acaban de pasar”, explicó, enfatizando la importancia del clima en este ciclo agrícola.
A pesar de los inicios difíciles, el Gerente General es optimista. “Este año puede ser un poco mejor que el anterior”, dijo, sugiriendo que el incremento de las lluvias ha elevado las expectativas de producción. No obstante, advirtió que todo dependerá de cómo se comporte el clima en las próximas semanas. “Nuestro estimado se incrementó un poco, pero esperamos que se siga manteniendo en ese rubro y poder lograr un mayor estimado”, agregó.
La comunidad cañera de Chietla enfrenta un reto constante, no solo por los fenómenos climáticos, sino también por los cambios en las prácticas agrícolas y la necesidad de adaptación. La resiliencia de los agricultores es clave en este esfuerzo, y la esperanza de un mejor año se convierte en el motor que impulsa a muchos a seguir adelante.
A medida que el ciclo de lluvias avanza, los productores cañeros continúan trabajando con la mirada puesta en el futuro, esperando que la naturaleza les brinde el apoyo necesario para llevar a cabo una zafra exitosa. Las expectativas son moderadas, pero la determinación de recuperar el campo cañero, es más fuerte que nunca.