Al buen Santiago Cabrera
la muerte lo anda buscando
para llevarlo al campo santo
porque ya se la anda sentenciando.
La muerte ya se enteró
que el secretario estaba de gritón
que ni la muerte lo paraba
pues en la presidencia muy alto estaba.
Con su amigo Leo Flores cantaban
que la muerte se las pelaba
lo que no se esperaban
era que la muerte ya los acechaba.
De un salto la muerte los asustó
que hasta Santiago,
gritó ahora si ya me cargó
la que asusta en el panteón.
Pobre Santiaguito
ya la muerte se lo llevó
y ni todo el dinero lo salvó
hasta su amigo Flores la espalda le dio.