Redacción / Izúcar de Matamoros, Pue.
En la tranquila comunidad de San Miguel Ayotla, ubicada en el municipio de Ahuazotepec, Puebla, se encuentra un niño que se ha convertido en una sensación en la plataforma TikTok. Su nombre es Betito, y su deliciosa manera de comer ha capturado la atención de miles de personas en todo el mundo.
Betito es un niño humilde y sencillo, cuya familia forma parte de los aproximadamente 200 habitantes de San Miguel Ayotla. Su rutina diaria se desenvuelve en este pequeño pueblo, donde los platillos tradicionales de la región de la Mixteca Poblana cobran protagonismo. Desde pipián con tamales de frijol, quelite, alache, salsa de guajes, carne de chivo, caldito de patitas de pollo, frijoles con chicharrón y mucho más, Betito se deleita con una variedad de deliciosas preparaciones.
Lo que hace especial a Betito es su alegría y naturalidad al disfrutar de la comida. Siempre acompañado de sus tortillas hechas a mano, el niño se sumerge en cada platillo con absoluta felicidad. Sus videos en TikTok, la mayoría ambientados con la canción «El último rodeo» de Tommy Ramírez y sus Sonorrítmicos, se han vuelto virales, y los usuarios rápidamente identifican que se trata de Betito al escuchar esta melodía. Otros de sus contenidos van acompañados de «Mi Ranchito» de Vicente Fernández.
En ocasiones, Betito sale junto a sus hermanitos Mariel y Toñito, así como su madre, quien se encarga de cuidar de los niños, prepararles la comida, bañarlos en el arroyo o el lavadero, y enseñarles algunas tareas del hogar. La cuenta de TikTok de su padre, Marcos Tlayacac, cuenta actualmente con 293 mil seguidores y más de 8.5 millones de «Me Gusta». A lo largo de los meses, ha cautivado a los internautas, quienes no se pierden ni un día en la rutina de Betito.
Los comentarios que reciben los videos de Betito son siempre de nostalgia y admiración hacia su infancia sana y sin prejuicios. Algunas publicaciones destacan: «Betito come bien rico», «Me recuerda esa niñez, así comía cuando había, y cuando no había, tortilla con sal», «Muchos así nos criamos, humildes pero felices, saludos y bendiciones y un besote a ese niño tan bello», «Precioso niño, así deberíamos ser todos», «Provecho, campeón», y «Cuando uno está pequeño y mamá cocina no importa si son pescuezos o patitas de pollo, uno disfruta la comida que mamá prepara, es delicioso».
La historia de Betito ha demostrado que la sencillez y la pasión por la comida pueden traspasar barreras y llegar a los corazones de miles de personas. Su amor por los sabores tradicionales de su región ha resonado en la comunidad virtual, y su sonrisa contagiosa ha inspirado a muchos a valorar la autenticidad y la humildad en sus propias vidas. Betito, el niño poblano que es viral mostrando su día a día en San Miguel Ayotla, ha dejado una huella en la cultura digital y ha recordado la importancia de disfrutar cada bocado con alegría y gratitud.