Juan Rubio / Información internacional.
El 11 de septiembre de 2001, el mundo fue testigo de uno de los ataques más devastadores en la historia reciente: las Torres Gemelas de Nueva York fueron derribadas por un acto de terrorismo, que resultó en la pérdida de 2 mil 977 vidas. Este trágico evento no solo dejó una profunda huella en la memoria colectiva de Estados Unidos, sino que también resonó en México, particularmente en demarcaciones como la Mixteca poblana, una zona conocida por ser un punto de partida para muchos migrantes que buscan oportunidades en la Unión Americana.
En 2024, el eco de esa tragedia aún conmueve a las comunidades de la región, debido a que varios de sus habitantes fueron afectados, y la migración sigue siendo una realidad compleja para muchos.
El impacto en cifras
De las casi 3 mil víctimas del ataque, aproximadamente 30 eran mexicanos, según datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores. De estos, cinco eran originarios del estado de Puebla. Sin embargo, el número real de víctimas de la Mixteca poblana podría ser mayor, ya que muchos migrantes que se encontraban en Nueva York en ese momento, no estaban documentados. Esto complicó la obtención de cifras precisas y generó incertidumbre en las comunidades que perdieron a sus seres queridos.
Luis, un joven de 29 años de edad, originario de San Juan Mixtepec, recuerda cómo su hermano Javier trabajaba en una de las torres y no volvió a casa. “No sabemos cuántos como él estaban allí. La mayoría de los migrantes no tienen documentos, así que sus nombres nunca aparecerán en las listas”, comentó Luis, quien ahora dirige una pequeña tienda de artesanías en homenaje a su hermano.
Impacto en la migración
Desde el fatídico acto terrorista, las políticas migratorias de Estados Unidos se endurecieron, creando un clima de incertidumbre para los migrantes mexicanos. La Mixteca poblana, que tradicionalmente ha sido un semillero de inmigrantes, vio cómo el miedo a la deportación y a las redadas se intensificaba.
En 2024, la situación sigue siendo compleja. Aunque ha habido momentos de alivio con programas que ofrecen ciertos tipos de permisos de trabajo, la realidad es que muchos aún enfrentan riesgos considerables al cruzar la franja fronteriza.
“Después de lo que pasó en 2001, la vida de los migrantes cambió. Muchos ya no ven a Estados Unidos como un lugar seguro. Sin embargo, la necesidad de buscar mejores oportunidades sigue”, expresó Beatriz, una activista de derechos humanos que trabaja con migrantes en la Mixteca. “Algunos de nuestros jóvenes están optando por quedarse y contribuir a sus comunidades, pero aún hay quienes deciden arriesgarlo todo”, enfatizó.
La memoria colectiva
A lo largo de los años, las comunidades mixtecas han desarrollado formas de recordar y conmemorar a las víctimas del 11 de septiembre. En el 2024, diversas organizaciones en la región están llevando a cabo actividades conmemorativas, que no solo honran a los caídos, sino que también fomentan la reflexión sobre la migración y la identidad.
En San Juan Mixtepec, se organizó un evento donde se encendieron velas en memoria de los fallecidos, seguido de una plática sobre el impacto de la migración en las familias mixtecas.
“Es importante que nuestra gente no olvide lo que ocurrió. Cada vela encendida es un recordatorio de que detrás de cada número hay una vida, un sueño que fue truncado”, manifestó la profesora Clara, quien ha estado involucrada en la educación de jóvenes sobre la importancia de la historia y la memoria.
El futuro de la migración en la Mixteca
A pesar de los desafíos, la Mixteca también está viendo un resurgimiento en la creación de oportunidades locales. En este año 2024, varios proyectos comunitarios han comenzado a florecer, desde cooperativas agrícolas hasta iniciativas de turismo sostenible. “Estamos aprendiendo a aprovechar nuestros recursos y a crear empleos aquí, en lugar de depender únicamente de la migración”, refirió Juan, un agricultor que se ha convertido en líder comunitario.
El deseo de permanecer y construir un futuro en la Mixteca está ganando fuerza entre los jóvenes. A través de la educación y el empoderamiento, las nuevas generaciones están comenzando a repensar su relación con la migración. “No quiero irme a otro país. Quiero quedarme aquí y hacer algo por mi comunidad”, afirmó Ana, una estudiante que ha comenzado a involucrarse en proyectos de desarrollo local.
A medida que se acerca el 23 aniversario de los ataques terroristas a las Torres Gemelas, es vital recordar el dolor, la pérdida y la lucha de las comunidades mixtecas. El legado de aquel día fatídico no solo se mide en términos de víctimas, sino también en cómo ha moldeado la identidad y las aspiraciones de quienes se quedaron.
La historia de los migrantes mixtecos es una historia de resiliencia. A través del sufrimiento, han encontrado formas de honrar a sus seres queridos y transformar su dolor en acción. En el año actual 2024, la Mixteca poblana sigue siendo un lugar donde los sueños de un futuro mejor persisten, incluso en medio de la adversidad.