El lunes pasado, tras la tercera audiencia preparada para el juicio de Joaquín “El Chao” Guzmán, por 17 delitos criminales, ocurría en la sala de audiencia de la Corte de Nueva York, después de 5 años pudo observar a sus hijas mellizas María Joaquina y Emali.
De acuerdo con una nota de Víctor Sancho que publica el diario El Universal se describe que desde que El Chapo descubrió a sus hijas entre el público levantó la mano para saludarlas.
Sentadas correctamente en la sala de audiencia, las mellizas le sonrieron a su padre.
En el relato de Víctor Sancho se indica que las niñas estaban “impecablemente vestidas de azul oscuro, con ribetes rojos y un collar con una minúscula cruz colgando en el pecho”.
“Las niñas (enfocaron a El Chapo) con su mano, como si fuera un telescopio, en un juego infantil para poder ver de cerca a su papá”.
El Chapo se mantuvo atento a lo que sus hijas hacían e incluso se perdió de las argumentaciones de fiscales y defensores.
“Cada vez que podía giraba su cabeza para ver cómo sus hijas se tocaban el pelo. Alzaba las cejas a modo de sorpresa o de saludo”.
El Chapo sólo contempló a sus hijas durante 13 minutos, pues de pronto los fiscales dieron por terminada la audiencia.
Las hijas de El Chapo levantaron las manos y le hicieron una señal de despedida. Los policías obligaron a El Chapo a voltearse y lo colocaron de espaldas a ellas.
(Con información de Proceso)