Redacción / Información internacional.
Ha ocurrido una tragedia devastadora en Hawái, donde los incendios han dejado al menos 55 muertos y mil desaparecidos. Las impresionantes imágenes revelan un paisaje desolador de barrios enteros reducidos a cenizas en la ciudad de Lahaina, el principal destino turístico de la isla, luego de que los vientos del huracán Dora avivaran las llamas. El presidente de EE. UU., Joe Biden, declaró un estado de desastre mayor para el estado, con el fin de proveer fondos federales destinados a los esfuerzos de recuperación.
Miles de personas tuvieron que huir de sus casas y se declaró el estado de emergencia. Cientos de familias se quedaron incomunicadas, mientras los equipos de búsqueda y rescate seguían localizando a desaparecidos. El expresidente Barack Obama hizo un notable gesto, recordando la importancia de la isla en su vida. «Es difícil ver algunas de las imágenes que surgen de Hawái, un lugar que es tan especial para tantos de nosotros. Michelle y yo estamos pensando en todos los que han perdido a un ser querido».
Entrevistados por distintos medios de comunicación, los residentes describen el horror vivido como el Apocalipsis. Mason Jarvi señaló que «acabamos de pasar por el peor desastre que he visto en mi vida. Todo Lahaina está reducido a cenizas. Es como un apocalipsis»; mientras Steff Baku-Kirkman lloraba desconsoladamente al saber que su casa había quedado reducida a cenizas con sus mascotas adentro. Kamuela Kawaakoa relata su experiencia: «Fue tan difícil quedarse allí y ver mi ciudad arder hasta convertirse en cenizas y no poder hacer nada. Estaba indefensa».
Los equipos de emergencia trabajan incansablemente bajo temperaturas sofocantes para contener los incendios. Agentes del orden público han militarizado el lado occidental de la isla, con la única carretera abierta restringiendo el acceso. Las autoridades han instalado cinco refugios como medida de prevención para los miles de turistas atrapados en la isla.
Los desastrosos efectos de los incendios en Hawái son conmovedores. Un destino turístico de encanto, reducido a ruina por la rapidez con la que las llamas avanzan y el caos generado. Tras dos días de lucha aún hay esperanzas para salvar lo que queda del archipiélago hawaiano ante las fuerzas de la naturaleza.