Mediante un ataque de drones Estados Unidos logró abatir a Ayman al Zauahiri, líder de Al Qaeda. El departamento de seguridad estadounidense ofrecía una recompensa de hasta 25 millones de dólares, por información que llevara directamente a la captura de Zawahiri.
El ataque con drones estadounidenses que mató a al-Zawahiri en su balcón en el centro de Kabul fue producto de meses de planificación altamente secreta por parte de Biden y un estrecho círculo de sus principales asesores.
Esta muerte ha sido calificada como “un gran momento” para EE.UU., circunstancia que ha quedado subrayada con un discurso a la nación del presidente Joe Biden, a pesar de seguir convaleciente por covid.
Biden se dirigió a «todos aquellos alrededor del mundo que quieren dañar a EE.UU.» y les aseguró que su país permanecerá siempre alerta y listo para actuar cuando se trate de defender la seguridad de los ciudadanos estadounidenses.
También señaló que con la muerte de al Zawahiri «se ha hecho justicia» y que el mundo ya no debe temer a este «asesino despiadado y constante».