El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, confirmó el día de hoy que dio positivo al Covid-19.
El funcionario anunció que ahora se encuentra bien, que el domingo se sintió cansado y tuvo fiebre, y que le van a hacer un segundo test para corroborar su estado de salud. «Como presidente, estoy en primera línea», dijo sobre su contagio, tras explicar que por su trabajo se encuentra muy expuesto.
Consultado sobre su opinión respecto del aislamiento, respondió que Brasil es un país muy grande y que uno «se debe preocupar por el virus» pero también por el empleo de los trabajadores informales. «No se puede hablar solo de las consecuencias del virus», agregó.
Ayer, luego de que le tomaran una radiografía de los pulmones y de que presentara 38 grados de temperatura el fin de semana, anunció que iba a someterse al test y ahora anunció que dio positivo a la prueba. De hecho, ayer ya arrancó con un tratamiento de hidroxicloroquina, el controvertido fármaco que, sin pruebas científicas de su efectividad, defendió en numerosas ocasiones.
Desde que se conocieron los primeros casos de Covid-19 fuera de China, Bolsonaro insistió en mostrarse poco preocupado por la pandemia y focalizado solo en la economía. Criticado por su gestión de la crisis en el país de América Latina más golpeado, el segundo en todo el mundo en cantidad de casos, dijo que no había por qué preocuparse porque los brasileños tenían la capacidad de moverse «entre las cloacas» y salir ilesos por lo que una «gripecita», «una fantasía», no iba a afectarlos.
Su descreimiento de la gravedad de la crisis también se mostró en su falta de respeto a todas las medidas sanitarias. Bolsonaro convocó marchas, saludó a sus seguidores bien de cerca y usó pocas veces tapabocas. Además, criticó duramente las restricciones ordenadas por gobernadores a las actividades de la población y dijo que el impacto económico de los confinamientos generará más penurias que el virus mismo.