• En lo que va del año, al menos 320 menores provenientes de Puebla han emprendido peligrosos viajes solos hacia Estados Unidos,
en un intento por reunirse con sus padres que residen en ese país. Esta preocupante tendencia ha sido revelada por Ricardo Andrade
Cerezo, presidente de la Fundación «Pies Secos», quien expuso que los infantes enfrentan riesgos extremos, incluyendo la trata de
personas, el secuestro e incluso la muerte.
• La historia de Alan y sus hermanitas, abandonados en la frontera con Arizona por un «pollero», ha puesto de manifiesto la dramática
realidad que enfrentan estos menores. Según Andrade, el número de niños que viajan solos ha aumentado hasta un 40 por ciento, en
gran medida debido a una nueva estrategia de los traficantes, quienes cobran a las familias por trasladar a los niños, para luego
abandonarlos en la frontera.
• Conscientes de la protección y atención que recibirán en albergues y la posibilidad de reunirse con sus familiares, los traficantes
equipan a los niños con tarjetas que contienen la dirección y datos de sus padres, facilitando así su contacto con las autoridades
migratorias.
• Los destinos más frecuentes para estos menores son Nueva York, Nueva Jersey y California, ciudades consideradas santuario por su
política de protección a los inmigrantes. Esta tendencia afecta principalmente a menores provenientes de municipios de la Mixteca,
como Atlixco, Tepeojuma, Izúcar de Matamoros, Chietla o Tulcingo Del Valle, así como de la capital y la Sierra Negra.
• Ante esta preocupante situación, Andrade hizo un enérgico llamado a los connacionales, instándolos a evitar exponer a sus hijos a
estos riesgos. Aunque muchos padres pagan por el traslado de sus hijos con la intención de evitar maltratos por parte de sus
familiares en México, esta decisión pone a los menores en grave peligro, exponiéndolos a ser víctimas de delitos o a condiciones
climáticas extremas.
• El presidente de la Fundación Pies Secos enfatizó que la difícil situación migratoria actual hace que los niños sean aún más
vulnerables, corriendo el riesgo de ser víctimas de trata, secuestro o incluso perder la vida en el intento por cruzar la frontera.
Condiciones extremas de temperatura, como el calor o el frío, representan una amenaza adicional para estos niños, que no deben
verse expuestos a tales riesgos