Ante el cambio climático que afecta la producción de alimentos, la proteína unicelular o la ingesta del charal son propuestas para cubrir las necesidades alimentarias de la población, expresó Roberto Reséndiz Martínez, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la BUAP, durante su ponencia en el II Congreso Internacional de Microbiología Básica y Aplicada, organizada en el Unidad de Seminarios, en Ciudad Universitaria.
Reséndiz Martínez explicó que actualmente no se producen los suficientes alimentos que la gente demanda y hay sectores de población que no tienen fácil acceso a ellos, lo que provoca disminución en los niveles de vida y el incremento de los precios de los productos básicos, asunto que se agravará al elevarse la población mundial, que actualmente es de 7 mil 200 millones, ya que pasará en 2050 a 9 mil 600 millones de personas.
“Hay cambios climáticos que afectan la producción de alimentos y que generan escasez de comida para los animales y consecuentemente entre la población. Por ello, son importantes temas como la proteína unicelular, que ha representado desde principios del siglo XX una alternativa recurrente para aprovechar fuentes de polución que se convierten en materiales útiles desde un punto de vista nutricional”, agregó.
El docente comentó que derivado de su trabajo en zonas como la Mixteca poblana, donde hay condiciones económicas de marginación y en consecuencia la subsistencia es precaria, se ha dado a la tarea de proporcionar un alimento que sea nutricional pero que tenga un alto valor proteico.
Al mismo tiempo, se han estudiado diversos insectos que pueden aportar las proporciones proteicas adecuadas al alimento, por lo que con el estudio del chapulín, -que no es barato y solo es de temporada- o el acocil; “se llegó a la conclusión de que de todos estos alimentos, el más barato y que puede llegar con la tortilla al pueblo marginado es el charal, ya que proporciona 74 por ciento de proteína”, finalizó.