Hipólito Contreras / Puebla, Pue.
El río Atoyac, el segundo más contaminado del país, recibe las descargas de agua peligrosas de más de 60 municipios de Puebla y Tlaxcala; el cauce recibe de todo: aguas municipales, aguas industriales, aguas y desechos de los hospitales, de rastros municipales, recibe basura y desperdicios de todo tipo, recibe lo peor de la sociedad; y esa sociedad y sus gobiernos hacen intentos, pero no han podido resolver el problema.
El Atoyac nace en el estado de Tlaxcala, cruza Puebla, se va hacia el sur donde se enlaza con otros ríos; corresponde, por tanto, a la sociedad y gobiernos de los dos estados resolver el grave problema ambiental y de contaminación.
No se necesita llevar una muestra a un laboratorio para saber el nivel de contaminación del río, simplemente el agua que lleva ya no es agua, es una mezcla de componentes químicos que dan por resultado un veneno concentrado que mata a cualquiera.
Y no es sólo el agua envenenada el problema, sino el olor que genera en todo el trayecto, lo que resulta un peligro para la salud de cientos de miles de personas que viven a unos metros del río; puede haber problemas de cáncer y otras enfermedades graves; por las tardes, hay millones de mosquito transmisores de paludismo.
Esfuerzos de los gobiernos por enfrentar el problema son varios: convenios de coordinación entre los gobiernos de Puebla y Tlaxcala, legislaciones federales que prohíben las descargas de agua contaminadas a los ríos, reglamentos y normas de la Comisión Nacional del Agua a las empresas y municipios, acuerdos y proyectos municipales, plantas de tratamiento de las aguas, participación de asociaciones civiles, participación de universidades, etc.
El resultado de todo esto es que el río Atoyac, así como los ríos Alseseca, San francisco y otros afluentes, siguen sumidos en una grave contaminación y sin esperanza de que sean rescatados.
Falta de continuidad de los gobiernos impide avanzar
Esfuerzos hay pero no han sido suficientes; en la mayoría de los temas que tienen que ver con el cuidado del medio ambiente se hacen muchas cosas pero de manera esporádica y aislada, no hay un plan a seguir, un proyecto integral que dé solución; en cada sexenio hay acciones pero el río sigue contaminado.
Aparentemente no hay solución, pero sí la hay. Es cierto, hay que invertir miles de millones de pesos para hacer obras de carácter integral; sin embargo, sigue habiendo descargas de industrias, descargas domiciliarias de los que viven en las orillas del río, a pesar de que por ley está impedido que se construya en esas zonas, afirmó Blas Villegas Lara, experto en temas ambientales.
Lo que se realiza unos años, como la instalación de plantas de tratamiento, colocación de colectores, presión a las empresas que contaminan, en otros años se deja de hacer, por eso el río sigue igual o peor, son muchos miles de millones de pesos los que se requieren invertir, pero también es necesario hacer un plan integral de recate del río Atoyac.
Ha habido inversión por parte de Conagua, pero al problema le han estado aplicando mejorales cuando lo que se requiere es un plan integral; el río contaminado representa un problema de salud pública y peligro para todas las especies.
Tenemos que trabajar, dijo Villegas Lara, en un proyecto integral, buscar recursos y empezar el proyecto de rescate, se puede trabajar en etapas, los trabajos deben de seguir sin importar los cambios de gobierno; este ha sido el problema, la no continuidad de los proyectos; cada gobierno le pone interés a determinadas cosas y que son diferentes a las que les puso el anterior.
Se debe trabajar en un proyecto de rescate del río Atoyac, organizar un comité que se encargue de darle continuidad a pesar de los cambios de gobiernos municipal y estatal, se debe involucrar a los tres niveles de gobierno; lo fundamental es tratar las aguas, evitar que sigan contaminando las empresas y los particulares que descargan sus aguas residuales.
Se han firmado convenios entre Puebla y Tlaxcala, pero terminan los sexenios y todo sigue igual, los dos gobiernos están de acuerdo en tomar soluciones conjuntas, pero en los hechos no se hace gran cosa, afirmó Blas Villegas.
Los municipios no pueden aplicar la normatividad
«El problema que veo son las atribuciones de inspección y vigilancia en los diferentes niveles de gobierno. Los municipios están desarmados en cuanto a sus obligaciones jurídicas para poder aplicar las normas de agua, en las licencias de funcionamiento, no existe ningún parámetro de agua, los ayuntamientos no tienen este reglamento, no tienen organismos operadores, no tienen padrones de usuarios, con qué tipo de descargas. Hay muchos comités de agua que dan permisos de autorización de agua que no les corresponde, la organización estructural de la administración del agua no ha cambiado, necesita intervenir Gobernación, la Secretaría del Medio Ambiente», puntualizó Verónica Mastreta Guzmán, integrante de la asociación civil Dale la Cara al Atoyac.
Agregó que debido a la pandemia poco se hace, de nada sirve firmar un convenio de colaboración con Tlaxcala si no se acompaña de acciones específicas y llenar los huecos en la aplicación de las leyes, las instituciones municipales que tendrían que ser fortalecidas para aplicar la ley, pues son los primeros, no tienen herramientas para enfrentar a los contaminadores, es cuestión de organización administrativa, se requiere acompañamiento por parte del Gobierno del Estado.
Éste, destacó, será un año perdido, estamos en una zona metropolitana muy complicada, muy agredida por el Covid, no hay avances estructurales en materia de administración y gobernabilidad del agua, hay leyes federales sobre el agua, pero si no tienen reglamento no se pueden aplicar, la mayoría de ayuntamientos no tienen organismos operadores de agua aprobados por Cabildo.
Se requiere un padrón de usuarios y saber quiénes contaminan, cómo descargan sus aguas residuales; Conagua ve quién descargue directo en un cuerpo de agua, pero los municipios tienen que ver qué descargan en sus drenajes; Conagua no puede clausurar un drenaje municipal porque crearía un problema sanitario, muchos contaminadores se meten a los drenajes municipales, son difíciles de detectar porque los ayuntamientos no tienen padrones de usuarios, en las licencias de agua no especifica qué normas de agua deben de cumplir.
Los ayuntamientos por ley deben proporcionar el agua, pero no están obligados a tratar el agua contaminada de la industria, por eso deben tener los padrones de usuarios y qué hacen con sus aguas contaminadas, y que tengan su planta de tratamiento antes de descargar en los drenajes, esto no está sucediendo, señaló.
Conagua sin recursos para cumplir con sus tareas
Verónica Mastreta destacó que a nivel federal, Conagua en este gobierno sufre la falta de presupuesto, el 75 por ciento de sus recursos le fueron retirados, esto le impide cumplir con sus funciones, no tiene ni para unidades, ni personal, ni gasolina para supervisar a los municipios.
Si de por si la institución tenía dificultades para revisar todo el estado, con estos recortes más; no tiene dinero para viáticos, gasolina, para análisis físico-químicos de descarga, necesitan muchas herramientas.
«Los estados no tienen facultad para intervenir o sancionar a las empresas contaminantes, es sólo el gobierno estatal y municipal, pero puede ser un regulador entre las dos instancias, su papel es estratégico para regular», aseveró.
Son solo paliativos los que se aplican
Todo lo que se ha hecho para rescatar al Atoyac han sido solo paliativos, se han invertido muchos recursos, como en la época de Moreno Valle cuando se saneó sólo la parte de Angelópolis, pero todo lo demás siguió igual, se apoyó a la gente que más tiene, abandonando a los demás, enfatizó el investigador Fabián Baltasar Nieto.
Antes, hace unos 30 años, había pesca en la presa de Valsequillo, ahora se pescan enfermedades, las plantas de tratamiento que hay no funcionan bien, unas están paradas, otras operan en forma irregular, además es tecnología atrasada no actualizada, las industrias no tienen plantas tratadoras; el rastro municipal debe tener su planta, lo mismo las empresas maquiladoras, cada conglomerado de población debe tener su planta, como por ejemplo la unidad La Margarita y el hospital del IMSS.
El problema es de origen, expuso, porque la ciudad no fue planeada para atender el tema del agua, su manejo y tratamiento, en adelante se necesita que en los nuevos fraccionamientos por ley deben tener su planta de tratamiento, debe cambiar también el diseño de vivienda donde se contemple el uso del agua.