Redacción / Información regional.
La emblemática campana mayor de la Iglesia de Santa María la Asunción, en el municipio de Piaxtla, concluirá su función después de la fiesta en honor a la Virgen de La Asunción, programada para este jueves 15 de agosto. El párroco Alejandro Guzmán Tovar ha confirmado que esta decisión se debe a daños significativos en el artefacto, específicamente al desprendimiento del badajo, la pequeña bola que produce el sonido al ser golpeada.
El incidente ocurrió recientemente cuando el nieto del sacristán estaba repicando la campana. «De pronto se zafó el badajo. Afortunadamente, no hubo daños personales, pero estamos aplicando medidas de prevención para evitar cualquier riesgo», explicó Guzmán Tovar. A pesar de la situación, un experto ha realizado trabajos de mantenimiento en la campana para que pueda ser utilizada durante las festividades, brindando así un último homenaje a esta tradición local.
Una vez concluida la celebración, se llevará a cabo una consulta entre los feligreses para decidir el futuro de la campana. Los habitantes de Piaxtla tendrán dos opciones: optar por la reparación del artefacto actual o considerar la compra de una nueva campana, cuyo costo ascendería a 750 mil pesos, instalación incluida. «La decisión será tomada por la comunidad de Piaxtla en una consulta que se llevará a cabo en su debido momento», añadió el párroco.
En caso de que la comunidad decida adquirir una nueva campana, esta sería fabricada con un 80% de bronce y un 20% de estaño, siguiendo las recomendaciones de expertos. El párroco advirtió que el artefacto actual no debe ser utilizado de nuevo como medida preventiva, resaltando la importancia de la seguridad en la comunidad.
En un gesto de solidaridad, paisanos de Piaxtla que residen en Estados Unidos han organizado rifas para ayudar a recaudar fondos destinados a la nueva campana. Los recursos se depositan en una cuenta mancomunada, y el párroco ha extendido la invitación a todos los fieles que deseen colaborar, asegurando que la parroquia emitirá recibos debidamente foliados, sellados y firmados para garantizar la transparencia en el manejo de los fondos.