Opinión de: Elizabeth Soriano
La problemática de los feminicidios es un tema de preocupación mundial que se ha convertido en una pandemia que afecta a las mujeres; lamentablemente México no es ajeno a estos casos, pues 2 mil 847 mujeres fueron asesinadas entre enero y septiembre de 2022, teniendo un promedio de 10 asesinatos al día, lo que nos permite evidenciar la magnitud de esta violencia y presentarla como un grave y creciente problema social que urge atender.
En relación a esta información, la Universidad Iberoamericana Puebla, a través del Observatorio de Violencia Social y de Género, reportó que, de enero a octubre de 2022, se contabilizaron 50 casos de probables feminicidios en el estado de Puebla, contrastando así con la información presentada por la Fiscalía General del Estado (FGE) quien brindó seguimiento a solo 19 carpetas de investigación en esta materia.
Pero el tema no se queda ahí, es terrible saber que nuestro país mantiene un alto índice de violencia contra la mujer. El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reportó que, entre enero y agosto de este año, los 10 estados con mayor índice de feminicidios fueron: Estado de México, Nuevo León, Veracruz, Ciudad de México, Oaxaca, Chiapas, Chihuahua, Morelos, Jalisco y Coahuila.
Esto nos deja más que claro que ser mujer en México es un peligro.
Tan solo en una semana, se hablaba de la violación a una estudiante en los baños de un campus de la UNAM; nos enteramos del caso de una joven que fue asesinada por gente que creía eran sus amigos y después fue abandonada en una carretera; y cómo olvidar a la joven que se aventó de un taxi en movimiento porque el conductor cambió la ruta y todo parecía indicar que la iba a secuestrar.
Esto nos lleva al caso más reciente, la joven Rosa Isela que fue privada de su libertad, para después ser asesinada porque querían robarle a su bebé.
Mujeres, es hora de decir, basta ya de tanta violencia, de impunidad y de ver todos estos casos como algo normal, es hora de proteger a nuestras mujeres, a tu abuela, a tu madre, a tu hija, a tu amiga y a ti misma. Pensemos y reflexionemos.