** Cuestionó que los legisladores le den tanta importancia
al tema, cuando hay problemáticas más urgentes **
Elizabeth Soriano / Puebla, Pue.
El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa defendió el matrimonio tradicional entre un hombre y una mujer, manifestando que es la única unión que se reconoce por la fe católica.
Así lo dio a conocer durante una de sus celebraciones en la Catedral de Puebla, donde cuestionó que los legisladores le den tanta importancia al tema, cuando hay problemáticas en el estado que necesitan ser atendidas de manera urgente, como es la contingencia sanitaria provocada por el virus del Covid-19, el desempleo que ha generado y la crisis económica entre los poblanos.
“Hoy nos preocupa más saber si un hombre se puede casar con un hombre, o una mujer con una mujer, cuando hay temas delicados, cuando hay temas urgentes; la salud, la economía, el desempleo, tanta gente está sufriendo por no tener cómo trabajar, porque no tiene qué llevar para el alimento de su familia”, dijo Sánchez Espinosa.
Al mismo tiempo manifestó que existe una cultura de descarte con las personas de la tercera edad y el tema del aborto, pues actualmente se suele abandonar a todos aquellos que no son considerados útiles.
«Este ya está viejo y enfermo, hay que descartarlo. ¿Y la dignidad de la persona humana? Esta criatura no entra en mis planes, hay que descartarlo. ¿Y la dignidad del ser humano?”, objetó.
Diversos movimientos, grupos, apostolados y asociaciones de fieles católicos laicos expresaron su respaldo al arzobispo de Puebla, manifestando su rechazo a las modificaciones al Código Civil para permitir los matrimonios igualitarios.
La postura del Arzobispo se planteó días después de que el Congreso de Puebla aprobó la sentencia por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), y reformó el Código Civil del Estado para reconocer el matrimonio y el concubinato entre personas del mismo sexo.
Con las modificaciones aprobadas, se plantea que “el matrimonio es un contrato civil por el cual dos personas se unen voluntariamente en sociedad, para llevar una vida común, con respeto, ayuda mutua e igualdad de derechos y obligaciones”.
Al mismo tiempo se reconoce el concubinato homoparental, reformándose los artículos 297, 298 y 300, los cuales declaraban que la unión era hecha exclusivamente por un hombre y una mujer.