En un acto de solidaridad y condena hacia los recientes feminicidios en el municipio de Izúcar de Matamoros, la Arquidiócesis de Puebla ofreció una emotiva oración por las víctimas, Elianet y Socorro. El obispo auxiliar, Tomás López Durán, encabezó la ceremonia en la Basílica de la Catedral de Puebla.
María Elianet Sandoval Castillo, presidenta del DIF Municipal de San Marcos Acteopan, fue brutalmente asesinada por su esposo, el alcalde Álvaro Tapia Castillo, quien se dio a la fuga tras cometer el crimen. Este acto de violencia ha conmocionado a la comunidad y ha dejado en evidencia la urgencia de abordar la violencia de género en el país.
En esta misma oración, el obispo auxiliar también destacó a María Socorro Barrera Sánchez, ex policía de Izúcar de Matamoros, quien fue asesinada a balazos la semana pasada. Socorro era testigo protegida en un caso de tortura denunciado por las periodistas Michelle y Natalie Hoyos, que involucra a 11 funcionarios del ayuntamiento de Irene Olea.
La mención de sus nombres en las plegarias de la misa dominical sin una explicación directa por parte del obispo auxiliar ha generado cierta controversia. Sin embargo, se puede interpretar como una forma de condenar la forma violenta en la que estas mujeres perdieron la vida, buscando así llamar la atención sobre la urgencia de poner fin a la violencia de género y a la impunidad que rodea estos casos.
Además de honrar la memoria de Elianet y Socorro, la Arquidiócesis de Puebla también recordó el segundo aniversario del asesinato de los sacerdotes Jesuitas y dos laicos en Cerocahui, Chihuahua. El obispo auxiliar, López Durán, pidió por su descanso eterno, recordando la importancia de luchar contra la violencia en todas sus formas y de promover una sociedad más justa y segura para todos.
Estos trágicos sucesos no solo han sacudido a la comunidad de Izúcar de Matamoros, sino que también han generado un llamado de atención a nivel nacional sobre la urgencia de abordar la violencia de género y garantizar la seguridad de todas las personas. La Arquidiócesis de Puebla, a través de sus acciones y oraciones, busca ser un agente de cambio y esperanza en un país que necesita unir fuerzas para poner fin a esta violencia tan arraigada.