**En México, 542 mil niños viven con diabetes tipo 1**
En México, la diabetes afecta a cuatro de cada diez personas; en este escenario, más de medio millón de niñas y niños en el país padecen diabetes tipo 1, y el tipo 2 va en ascenso, de acuerdo con datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Según información de esta universidad, existen 542 mil niños que viven con diabetes tipo 1 y casi 78 mil infantes la desarrollan cada año; mientras que, según los más recientes registros de salud, la cifra de la diabetes tipo 2 ascendió a 2.9 casos por cada 100 mil habitantes en 2020, a diferencia de los 2.05 casos registrados en 2016.
Cabe recordar que esta enfermedad, provoca que el nivel de glucosa o azúcar en sangre se encuentre muy elevado, y precisamente en el tipo 1, el páncreas no produce insulina, la cual es una hormona que ayuda a que la glucosa sea absorbida por las células y así tener energía.
Sin la insulina, hay un exceso de glucosa que permanece en la sangre, con el tiempo, los altos niveles de glucosa en la sangre pueden causar problemas serios en el corazón, los ojos, los riñones, los nervios, las encías y los dientes.
La diabetes tipo 1 ocurre con mayor frecuencia en los niños y adultos jóvenes, pero puede aparecer a cualquier edad y los síntomas pueden incluir tener mucha sed, orinar frecuentemente, sentir mucha hambre o cansancio.
También se incluyen tener pérdida de peso sin razón aparentemente, presencia de llagas que tardan en sanar, piel seca y con picazón, pérdida de la sensación u hormigueo en los pies, hasta tener vista borrosa.
Desde niño, Jorge fue diagnosticado con diabetes tipo 1
Jorge M. M., un joven de 18 años de edad originario del municipio de Acatlán de Osorio, fue diagnosticado con diabetes tipo 1 cuando apenas tenía 8 años de edad, y desde entonces ha vivido con cuidados especiales para poder llevar una vida normal.
En entrevista para Enlace Noticias, Jorge contó que cuando fue diagnosticado no dimensionaba la peligrosidad de esta enfermedad, aunque sus padres al enterarse, se mostraron muy preocupados y lo llevaron al Hospital del Niño Poblano para que pudiera llevar su tratamiento con insulina.
“El cambio drástico que más resentí cuando fui diagnosticado, fueron los dulces, porque como a todo niño, el gusto por el azúcar es muy normal, así que, quitar los azúcares de mi dieta cuando era niño fue el cambio más drástico que resentí en ese momento”, explicó.
Narró que una de las peores experiencias que ha vivido por esta enfermedad, fue haber convulsionado cuando tenía alrededor de 15 años de edad; a pesar de que no recuerda el momento, está consciente de que no quiere volver a convulsionar.
Según fuentes médicas, una convulsión o un desmayo cuando se padece Diabetes, puede ser resultado de una hipoglucemia, la cual ocurre cuando el nivel de azúcar en sangre es muy bajo debido a que el cerebro no estaría recibiendo suficiente azúcar para su buen funcionamiento.
En la diabetes tipo 1 la hipoglucemia es más común como resultado de la interacción de un exceso de insulina con la contra-regulación del nivel glucosa, y no debida al exceso de insulina por sí solo. La hipoglucemia severa es una verdadera emergencia médica que requiere un rápido reconocimiento y tratamiento para prevenir daño cerebral o de algún otro órgano.
También refirió que durante los últimos 10 años ha recibido su tratamiento en el Hospital Del Niño Poblano, y fue hace aproximadamente dos años cuando su especialista le enseñó el correcto uso de la alimentación, pues ahora cuenta las calorías que ingiere y así tiene una medición más precisa de cuántas unidades de insulina necesita diariamente.
Dado a que cumplió los 18 años el pasado 15 de abril, ahora lleva su control en el Hospital General del Sur.
Actualmente estudia la carrera de Ingeniería Industrial en el Tecnológico de Acatlán de Osorio; además, lleva una dieta bien balanceada y practica deportes como ciclismo, basquetbol y hace poco entró a un gimnasio donde se pone en forma.
Añadió que, como cualquier joven, lleva una vida normal, por lo que sus amigos lo apoyan cuando realizan reuniones, y cada que salen, ponen ciertas limitaciones con respecto a las bebidas y comidas que ingieren.
Expuso que intenta vivir la vida al máximo, pues a él le gusta salir ya sea solo o con sus amigos y visitar lugares diferentes, así como conocer gente y principalmente divertirse, siempre y cuando lo realice con precaución, ya que simplemente se acostumbró a su enfermedad.
Finalizó diciendo que tiene muchos planes a futuro como terminar su carrera, tener su propia casa, su automóvil y posteriormente, posiblemente casarse; “no hay cosa en la vida que no se pueda solucionar, sólo no hay que rendirse”, expresó para otros menores de edad que también padecen diabetes.