Fue encontrado sin vida el exjugador de los New England Patriots, Aarón Hernández, de 27 años, en su celda en Massachusetts, donde cumplía una condena a cadena perpetua por el asesinato en 2013 de un jugador de fútbol semiprofesional que salía con la hermana de su prometida.
El deportista, de origen puertorriqueño, fue hallado ahogado en la prisión de Souza Baranowski, en Shirley, Massachusetts, poco después de las 3:00 de la madrugada, según indicó el Departamento de Correccionales de Massachusetts en un comunicado.
Las autoridades indicaron que Hernández se colgó con una sábana que ató a la ventana de su celda, ellos al ir a su celda y percatarse de la situación intentaron reanimar al deportista que fue trasladado al centro médico UMass Memorial – HealthAlliance Hospital de Leominster, donde certificaron su muerte a las 4:07 a.m., según el comunicado.
Hernández, que estaba en una celda individual, intentó bloquear la puerta desde dentro con varios objetos para dificultar la entrada desde el exterior.
La policía de Massachusetts anunció que están investigando su muerte y su familia ya ha sido notificada. Las autoridades realizarán la autopsia al cadáver para determinar la «causa y la manera» de su muerte.
Cadena perpetua
Hernández cumplía cadena perpetua por el asesinato de Odin Lloyd en junio de 2013, un jardinero y jugador de fútbol americano semiprofesional que salía con la hermana de la prometida de Hernández, Shayanna Jenkins. Lloyd apareció muerto con varias heridas de bala que fueron disparadas con un arma similar a la que Hernández poseía. Sus abogados habían recurrido la sentencia y habían solicitado un nuevo juicio.
Su condena en 2015 por el asesinato de Odin acabó con una prometedora carrera deportiva en la que ya había logrado un contrato por 40 millones de dólares.
Su muerte se produce después de que el viernes pasado un juez le absolviera de otros dos cargos de asesinato por un caso anterior no relacionado.
El jurado declaró inocente a Hernández del asesinato de Daniel de Abreu y Safiro Furtado en 2012 en un club nocturno que, según la fiscalía, cometió tras enojarse porque le derramaron una bebida.
El magistrado le encontró culpable de posesión ilegal de un arma de fuego por lo que le sentenció a otros cuatro a cinco años de prisión, pena diferente a la perpetua que estaba cumpliendo sin derecho a que le fuera concedida la libertad condicional.
Tras conocer el veredicto, Hernández se mostró emocionado y abrazó a sus abogados llorando. Uno de sus letrados declaró que el exjugador se sentía aliviado al conocer la decisión judicial.
Con información de Univisión