Redacción / Mixteca poblana.
El Carnaval de San Jerónimo Xayacatlán ha sido una celebración arraigada en la comunidad a través de los años, con un trasfondo histórico que se remonta a sus inicios. Inicialmente, la participación estaba restringida a hombres, pero en 1994 se permitió que mujeres y niños se unieran a la festividad, marcando un cambio significativo en el Carnaval Mixteco.
La historia del Carnaval se remonta a 1936, cuando el baile llegó al municipio desde el Carnaval del Llano en Veracruz. Los primeros en comenzar a bailar fueron Alfonso Santiago Martínez y Pedro Celestino Cruz, quienes organizaron a la población para participar, convirtiéndose en los primeros capitanes. A lo largo de los años, el carnaval ha evolucionado, pasando de permitir solo la participación de hombres, algunos vestidos de mujeres llamadas Marías, a incluir a mujeres y niños en 1994.
El Carnaval de San Jerónimo Xayacatlán está compuesto por 5 grupos de cuadrillas, cada uno con su propio estilo y música. Cada grupo forma un comité y sus integrantes son llamados capitanes, encargados de organizar el evento, desde contratar música hasta proveer comida y bebida a los participantes. Este año, la cuadrilla del Carnaval del Llano contó con la participación de 300 personas, siendo uno de los grupos más grandes en la celebración.
La festividad se extiende a lo largo de 3 días, con bailes populares en la plaza principal, sacrificio de chivos para alimentar a la gente, y rituales como la quema del gallo. El último día, los integrantes del Carnaval recorren las calles de la población, llevando la alegría y la música a tiendas y lugares públicos.
Además de la música y el baile, el Carnaval de San Jerónimo Xayacatlán ofrece una variedad de comida típica, desde carnitas hechas en cazuelas de barro hasta tamales de mole y zapotes negros. Una especialidad local son las chinches, una delicia única que agrega un toque distintivo a la celebración.
El Carnaval de San Jerónimo Xayacatlán representa no solo una celebración festiva, sino también un testimonio de la rica tradición y cultura de la región, atrayendo a familias de diferentes lugares, incluso del extranjero, para ser testigos de esta colorida festividad.