** Cada año ofrecen gran variedad de figuras y colores, incentivando las tradiciones izucarenses **
Elizabeth Soriano-Iri Nahamani / Izúcar de Matamoros, Pue.
En México el alfeñique representa un conjunto de costumbres y tradiciones que se remontan al tiempo de los aztecas, pues durante su imperio ya se elaboraban figuras para las ofrendas, éstas eran hechas de amaranto y otras pastas comestibles.
La palabra alfeñique proviene del idioma árabe, phañita, que significa pasta de azúcar; al paso de los años se acostumbra colocarlos en las ofrendas de Día de Muertos y cada figura representa historias y años de tradición, tal es el caso de la familia Monteros Xancal, integrada por doña Judith, su esposo Juan y su hija Adriana; quienes tienen más de 20 años elaborando y vendiendo alfeñiques en Izúcar de Matamoros.
Un oficio que se transmite
Doña Judith cuenta que sus inicios fueron hace más de 20 años, cuando asistía a comprar los alfeñiques para sus ofrendas, ella observaba con atención a las personas que lo hacían y soñaba con aprender la receta y poder crear sus propios dulces.
Sin embargo, fue difícil, ya que las personas no le querían enseñar a hacerlos, por lo que buscó sus propios medios para poder obtener la receta y empezar a hacerlos.
“Al principio era muy difícil, pero cuando empecé con la práctica, rápido aprendí a hacerlos mejor y más rápido”, declaró.
Su hija inició a ayudarlos cuando tenía 8 años, ella es la que pone la parte creativa, pues es quien agrega los detalles a las figuras de dulces.
Y don Juan, el padre de familia inicio hace 12 años, pues al ver a su esposa elaborar las figuras cada año, le llamo la atención y empezó a practicar, ahora es el encargado de hacer la figura, es el más paciente pues moldea la base de cada alfeñique.
La elaboración requiere paciencia
Los alfeñiques llevan un proceso complejo de elaboración, pues se requiere de mucha paciencia y creatividad, cada detalle cuenta para atraer las miradas de los compradores.
La receta de la familia Monteros Xancal es a base de azúcar, la cual cuelan y ponen en un recipiente para después agregarle la grenetina y revolverla con limón hasta que la masa queda manejable.
Los detalles de las figuras como las flores, las decoraciones, los ojos, los elaboran con betún; el cual pintan de varios colores: rosa, amarillo, blanco, azul, y verde.
Cada año elaboran de 200 a 300 piezas y ofrecen variedades de figuras como son borregos, niños, bebes, frutas como plátanos, guayabas, cañas, fresas, peras, mandarinas, canastas o flores.
También incluyen figuras de ángeles y patos; inclusive han encontrado inspiración en las caricaturas de la hija de Adriana, pues de ahí sacaron la idea de crear un perro que cada año es de las figuras favoritas de los clientes.
Detuvieron la producción por la pandemia
La pandemia por el Covid-19 provocó que las celebraciones de Día de Muertos también estuvieran en riesgo, por lo que la familia de doña Judith temía que no pudieran vender sus dulces este año.
“Cada año, a la llegada de Día de Muertos me daba mucha emoción volver a hacer los alfeñiques, pero este año me sentía triste porque estaba la posibilidad de que no habría venta; pero me alegre cuando supe que sí”, expresó.
En cada temporada inician con su proceso de elaboración desde el mes de julio, sin embargo, este año iniciaron hasta septiembre, debido a las dudas que existían por la pandemia del Covid-19, por lo que la producción será menor a comparación de años anteriores.
Doña Judith manifestó que pese a la pandemia ella no pierde la fe, pues espera poder vender lo poco que ha producido y que los izucarenses no pierdan las tradiciones y costumbres a causa del coronavirus.
Sus alfeñiques han pasado las fronteras
Sus dulces han traspasado fronteras, pues también han creado alfeñiques que se han utilizado en fiestas celebradas en Estados Unidos.
Doña Judith cuenta que llegó a su puesto un cliente preguntando por sus productos, de pronto la cuestionó de si era posible hacer un alfeñique de una botella de cerveza en tamaño real.
Para la familia Monteros Xancal fue un reto, pero lo lograron; crearon un alfeñique del tamaño de una cerveza Corona, recreando sus colores e imprimiendo sus etiquetas para que fuera más real.
El trabajo fue muy satisfactorio para los clientes, quienes muy contentos se llevaron sus figuras a Estados Unidos para presentar durante una fiesta con temática mexicana.
Ingredientes secretos: cariño, amor y esmero
Para la familia Monteros Xancal el oficio de crear artesanalmente los alfeñiques es de suma importancia, sobre todo porque en cada figura se pone un poco de la esencia de cada integrante, pues para ellos cada una de ellas lleva su propio estilo, además de que son hechos con cariño y amor, siendo los principales ingredientes para que sus alfeñiques sean adquiridos por las personas.
Una de las cosas que doña Judith anhela de la creación de los dulces es la convivencia que tiene con su familia, pues les brinda una oportunidad de estar juntos y compartir un vaso de agua o de refresco, una galleta, o con el simple hecho de estar haciéndolo, los hace unirse más como familia y el resultado se ve en cada pieza que termina hecha con esmero y amor para compartir con las familias que las adquieren.