Redacción / Información internacional.
Haití, un país que se ha enfrentado a una espiral de violencia en los últimos días, ha tomado medidas drásticas para recuperar el control de las calles. Después de que pandilleros armados asaltaran los dos penales más grandes del país y liberaran a sus prisioneros, las autoridades impusieron un toque de queda nocturno en un intento de frenar la violencia y capturar a los criminales.
El domingo por la noche, se declaró un estado de emergencia de 72 horas y el gobierno anunció su determinación de perseguir a los asesinos, secuestradores y otros criminales violentos que se habían fugado de las prisiones. El ministro de Finanzas, Patrick Boivert, que hace de primer ministro en funciones, ordenó a la policía utilizar todos los medios legales a su disposición para hacer cumplir el toque de queda y detener a los delincuentes
El primer ministro, Ariel Henry, quien se encuentra en el extranjero buscando apoyo para estabilizar a Haití, se ha enfrentado a una situación cada vez más peligrosa debido a la creciente presencia de grupos criminales poderosos en el país. El gobierno ha expresado su preocupación por el deterioro de la seguridad y ha solicitado ayuda internacional para enfrentar esta crisis.
Durante el fin de semana, los ataques coordinados de las pandillas contra instituciones del estado en Puerto Príncipe, incluyendo el aeropuerto internacional y el estadio nacional de fútbol, dejaron al menos nueve personas muertas, incluyendo cuatro policías. Sin embargo, el ataque más impactante ocurrió en el Penal Nacional, donde casi todos los reos escaparon, dejando la prisión vacía y desprotegida.
Entre los reos que decidieron quedarse en la prisión se encontraron 18 exmilitares colombianos acusados de participar en el asesinato del presidente de Haití en julio de 2021. En medio de los combates, algunos de los colombianos compartieron un video desesperado en el que pedían por sus vidas.
La situación en Haití ha llevado a la embajada estadounidense a suspender todos los viajes oficiales al país ya instar a los ciudadanos estadounidenses a abandonarlo lo antes posible. El gobierno de Estados Unidos ha expresado su preocupación por el rápido deterioro de la seguridad y ha ofrecido apoyo logístico y financiero en lugar de enviar tropas.
Haití se enfrenta a una crisis de seguridad cada vez más grave, con pandillas que controlan hasta el 80% de Puerto Príncipe y superan en número y armamento a la Policía Nacional, que cuenta con aproximadamente 9 mil agentes para proteger a más de 11 millones de personas. El exagente de la policía de élite conocido como Barbecue ha asumido la responsabilidad de los recientes ataques y ha señalado que su objetivo es capturar a los líderes del gobierno y evitar el regreso del primer ministro Ariel Henry.