Juan Rubio / Huehuetlán el Chico, Pue.
En el marco de la Feria de las Jícaras en el municipio de Huehuetlán el Chico, en la Mixteca poblana, tuvimos el honor de entrevistar a Crescenciano Alcaide Sosa, un apasionado artesano de Olinalá, Guerrero. Con más de 15 años de experiencia en este evento, Crescenciano nos compartió la historia detrás de las preciosas piezas que trae consigo.
Crescenciano Alcaide Sosa, junto con su esposa, han llevado consigo el legado de Olinalá durante décadas, ofreciendo una amplia variedad de productos que van desde piezas pequeñas hasta verdaderas obras de arte. Su pasión y compromiso se reflejan en su trabajo, ya que ofrecen una amplia gama de productos adaptados a los gustos y preferencias de sus clientes.
La artesanía de Olinalá es un tesoro cultural que trasciende generaciones, y gracias a artesanos como Crescenciano Alcaide Sosa, esta rica tradición sigue viva. Sus piezas, llenas de historia y destreza, representan el legado de un pueblo que se enorgullece de su arte.
Johanna Yanahui Moctezuma Franco: representante de las cajas de lináloe
En una entrevista exclusiva durante la Feria de las Jícaras en el municipio de Huehuetlán el Chico, conocimos a Johanna Yanahui Moctezuma Franco, una talentosa artesana proveniente del municipio de Olinalá, en el estado de Guerrero. Johanna nos compartió la riqueza cultural y artesanal que encierran las emblemáticas cajas de Lináloe, una tradición ancestral que ha trascendido fronteras.
“Estas ya han trascendido, ya han llegado a nivel internacional por su aroma y su diseño, el olor, el olor a la esencia de lináloe, pues algo indescriptible, algo muy bonito, algo único que nos caracteriza a Olinalá”, añadió.
Las artesanías de Olinalá no son solo objetos, son piezas que encierran una historia, una tradición y el trabajo de muchas manos, especialmente de mujeres. Johanna nos reveló que el proceso de elaboración de estas cajas es minucioso y requiere el uso de materiales naturales, como pigmentos a base de tierras del municipio y hasta pelos de gato para confeccionar los pinceles. La madera, proveniente del árbol de Lináloe, es tallada, pintada y decorada con diferentes técnicas que le confieren su aspecto distintivo.
El aroma a Lináloe impregna estas creaciones, otorgándoles un valor especial y una esencia única que ha alcanzado reconocimiento a nivel internacional. Johanna nos explicó que el proceso de elaboración puede tomar hasta dos meses, ya que se requiere un cuidadoso secado de los pigmentos para asegurar la durabilidad y calidad de la artesanía.
La artesana nos reveló que el precio de estas maravillosas creaciones varía, desde cajas miniatura que comienzan en 150 pesos hasta piezas más elaboradas que pueden alcanzar los 20,000 pesos, dependiendo del trabajo y materiales utilizados.
“Tenemos desde la caja miniatura que viene desde 150 hasta la más elevada, ahorita se está trabajando también lo que es la hoja de oro, pero depende del presupuesto de cada persona porque tenemos piezas de concurso que valen alrededor de 20 mil pesos y la más económica es de 150 pesos, que es una caja chiquita”, comentó.
Con su pasión por su oficio y el legado cultural que representa, Johanna Yanahui Moctezuma Franco nos mostró que las cajas de Lináloe no solo son artesanías, son testimonios vivientes de una tradición que perdura, una conexión con la historia y la identidad de Olinalá, Guerrero. Su labor artesanal ha trascendido fronteras, llevando consigo el aroma, el diseño y la esencia de Lináloe, un legado indestructible que cautiva a quienes tienen el privilegio de inhalar su aroma y admirar su belleza única.
Teófila Guzmán: tradición artesanal revelada en feria histórica
En entrevista con Teófila Guzmán, una artesana de Olinalá Guerrero, en la Feria de las Jícaras en el municipio de Huehuetlán el Chico, se revelaron detalles interesantes sobre la tradición artesanal de la región.
La Feria de las Jícaras en Huehuetlán el Chico es una tradición arraigada que tiene alrededor de 150 años de realizarse. Esta festividad nació como un descanso para los artesanos de Olinalá en su camino hacia la feria de Tepalcingo, en el estado de Morelos. Los artesanos de Olinalá, específicamente de Olinalá y Temalacatzingo, solían hacer un alto en este lugar antes de llegar a su destino final.
Comentó que han exportado sus piezas a otros países, “hemos exportado fuera de México, como a Ucrania, allá hemos entregado, un baúl, es un diámetro de un metro, con la técnica de vaciad, también entregamos una tabla de surf”, explicó.